El primer ministro, Boris Johnson, está considerando terminar el papel del gigante tecnológico chino Huawei en el desarrollo de la red 5G del Reino Unido, incluso antes de que comenzara.
El aparente cambio de opinión del primer ministro sigue a meses de intenso cabildeo por parte de elementos antichinos en el partido conservador que han tratado de explotar la crisis del coronavirus para degradar los lazos británicos con Pekín.
The Telegraph informa hoy que el primer ministro ha «instruido» a los funcionarios a elaborar planes que verían el papel de China en la red 5G del Reino Unido «reducido a cero» para 2023.
Según el Telegraph, la inminente decisión de Johnson está motivada, al menos en parte, por el deseo de «intensificar» las conversaciones comerciales con los Estados Unidos luego de las vacilantes negociaciones posteriores al Brexit con la Unión Europea.
Mientras tanto, The Guardian (22 de mayo) informa que el primer ministro ha sido «forzado» a retroceder ante una determinada rebelión de backbench opuesta a la participación de Huawei en la red 5G del Reino Unido.
Johnson aceptó originalmente un papel «limitado» para Huawei a fines de enero por el cual el gigante tecnológico chino sería excluido del «núcleo» de la red 5G y limitado a solo el 35 por ciento de la «periferia».
Pero los rebeldes Tory prometieron seguir oponiéndose a cualquier participación de los chinos en la red 5G incluso después de que su primer intento de sabotaje, en forma de Proyecto de Ley de Infraestructura de Telecomunicaciones, fuera derrotado en la Cámara de los Comunes a principios de marzo.
Pero ahora parecería que la facción anti-China en el partido Tory, dirigido por el presidente del comité de selección de asuntos exteriores de la Cámara de los Comunes, Tom Tugendhat, ha tenido éxito.
Pero es poco probable que la facción anti-China en el partido Tory sea apaciguada por este aparente éxito ya que sus objetivos van mucho más allá de terminar con el papel de Huawei en la infraestructura 5G de Gran Bretaña.
Después de haber establecido una organización frontal en la forma del pseudo-erudito «Grupo de Investigación de China», la facción anti-China en el partido Conservador tiene la intención de minimizar todo el compromiso del Reino Unido con China principalmente a través de campañas de propaganda y guerra de información.