Las unidades de la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk están en alerta y según el canal de Telegram Wargonzo, en Lugansk se ha llamado a filas a los reservistas. En comunicados muy similares, detalle que no puede sorprender, los líderes de las Repúblicas han insistido en que no pueden mantener la paz unilateralmente mientras las tropas de Kiev violan regularmente el alto el fuego.
Todo esto ha ocurrido justo antes o literalmente durante la rueda de prensa del presidente de Ucrania (Pasechnik realizó su declaración unos minutos antes que Pushilin), en la que Vladimir Zelensky resumió los resultados de su primer año de mandato. Durante la conversación con los periodistas, el ex cómico afirmó que Kiev había convocado una reunión de emergencia del Grupo de Contacto a causa de la declaración de Leonid Pasechnik sobre el estado de alerta de las tropas de la República Popular de Lugansk para responder a los ataques del Ejército Ucraniano y para alejar a las tropas ucranianas de la línea de contacto, donde los equipos de reparación deberían poder hacer su trabajo. Además, el líder ucraniano volvió a negar el hecho de que las tropas ucranianas bombardean zonas civiles. Es más, incluso afirmó que el Ejército Ucraniano no dispara contra zonas civiles.
Debe ser difícil para quienes creyeron en las iniciativas de paz de Zelensky hace un año imaginar que, doce meses después, la situación en Donbass volvería a empeorar hasta parecerse al invierno de 2017 otra vez. Quienes vieron con gusto los bonitos anuncios de la serie protagonizada por Zelensky no podían imaginar que el presidente de Ucrania que interpretaba en la pantalla de televisión y el Zelensky real fueran a ser tan diferentes. Aunque sigue habiendo quienes juzgan al líder ucraniano por sus vídeos diarios en Instagram o YouTube.
¿Qué se ha conseguido en realidad en este primer año de mandato de Zelensky? Varios intercambios de prisioneros, empeoramientos regulares en el frente, falsas retiradas de tropas en varias localidades y un gran número de prisioneros de guerra. Eso es todo. En lugar de las tesis de “simplemente tenemos que dejar de disparar” que había planteado durante la campaña electoral, hemos recibido nuevas escaladas del conflicto. Las negociaciones se han estancado por la falta de voluntad de Kiev de implementar los puntos políticos de los acuerdos de Minsk. Ahí es donde ha caído en picado la popularidad de Zelensky. En un año, ha perdido el apoyo del pueblo en su propio país, ya que no ha cumplido con la principal promesa que le hizo presidente: acabar la guerra en el Donbass.
Los especialistas en relaciones públicas de la televisión ven la imagen real, no los likes y reproducciones de un vídeo de YouTube. Así que los políticos ucranianos de forma habitual lanzan nuevas propuestas para el cambio del proceso de negociación, pero, de hecho, esas novedades no son más que formas de sabotaje para impedir la resolución pacífica al conflicto. Al comenzar su mandato al frente de la presidencia, Zelensky afirmó que le gustaría renunciar a los acuerdos de Minsk firmados por la administración de Poroshenko, así que toda declaración de compromiso con la paz es falsa. Así lo evidencia la reacción de Zelensky al final de la rueda de prensa ante la información de que las Fuerzas Armadas de Ucrania estaban bombardeando el territorio de las Repúblicas. El actual “presidente de paz”, exactamente como su predecesor, afirmó que el Ejército Ucraniano no dispara a civiles. Es una postura que suena familiar. Justo como en el 2014. Así que no están lejos las declaraciones que afirmen que las Repúblicas se bombardean a sí mismas.
Sin embargo, las duras declaraciones de los líderes de la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk también hacen surgir preguntas. Ambos líderes han vinculado el estado de alerta de las tropas al hecho de que el Ejército Ucraniano ha intensificado sus ataques contra civiles desde que comenzó mayo. Y es verdad. En solo unos días, varios menores de edad resultaron heridos, igual que civiles adultos y una mujer joven murió en Gorlovka. Las armas pesadas vuelven a rugir en el Donbass. Pero, ¿es la primera vez? Desde hace mucho tiempo, los residentes de las Repúblicas han tenido que aguantar la guerra “silenciosa”, cuando gran parte de la batalla se libra en las redes sociales y las televisiones locales. Pero, de repente, algo ha acabado con la paciencia de los líderes de las Repúblicas y han decidido enseñar músculo ante Kiev y la comunidad internacional no solo con una de las habituales acusaciones contra Ucrania sino con una declaración oficial. Es sorprendente porque incluso cuando acusan a Kiev, los representantes oficiales de las Repúblicas suelen añadir que siguen dispuestos a negociar. Y en esta ocasión, Pasechnik amenazó con expulsar al Ejército Ucraniano de la línea de separación utilizando a las tropas de la RPL.
La pregunta es por qué ahora. ¿Por qué no cuando asesinaron a la joven en Gorlovka? ¿O cuando los niños resultaron heridos a principios de mes? ¿O en empeoramientos que se han producido en el pasado? El problema es el empeoramiento político, no el militar. La batalla, como hasta ahora, no ha desaparecido. Pero el componente político de la guerra en Donbass se transforma periódicamente.
Zelensky intenta ganarse otra vez a su audiencia a base de mostrar que Kiev está dispuesto a negociar, no solo los acuerdos de Minsk, sino a ampliar el proceso de negociación. Al mismo tiempo, Ucrania simula una actividad violenta, creando una ilusión de actividad que será percibida solo por quienes juzgan las cosas por la imagen mediática creada y no por la realidad.
Sumar a algunos refugiados procedentes del Donbass a las negociaciones de Minsk, en realidad a los miembros del grupo de Facebook “Donetsk-Kiev”, no va a cambiar la esencia de las negociaciones. Kiev sigue negándose a negociar directamente con las autoridades de las Repúblicas que controlan en territorio de la RPD y la RPL. ¿Qué controlan esos refugiados? Nada. ¿Entonces cuál es el propósito de incluirles como representantes legítimos?
Kiev se niega categóricamente también al estatus especial para Donbass y a otros aspectos que destruirían la sociedad ucraniana porque los radicales no permitirán a las autoridades hacer concesiones. Y como vemos ahora, los nacionalistas siguen siendo el principal motor de la política estatal en Ucrania. Pero eso solo puede parecer cierto si olvidamos que el país está, en realidad, gobernado desde Washington. Así lo evidencian las conversaciones de Poroshenko con Biden [filtradas estos días en la prensa y que hacen quedar a Poroshenko como un títere de la administración estadounidense-Ed].
Moscú es consciente de que Ucrania y sus socios occidentales han preparado provocaciones, así que no van a reaccionar a ellas. Aunque algunos canales de Telegram con información privilegiada afirman que Kozak y Merkel acordaron transformar el Grupo de Contacto. Sin embargo, eso aún no ha ocurrido y lo que sí ha ocurrido es que las tropas de la RPD y la RPL están en alerta a causa de la intensificación de los bombardeos y que Ucrania ha vuelto a la retórica de los tiempos en los que el “partido de la guerra” estaba en el poder. ¿Pero no se supone que ahora hay otra gente al mando en la calle Bankova?
Artículo Original: Denis Grigoriuk
Fuente: Slavyangrad