Cuba: El fin de las sanciones es más importante que el Premio Nobel de la Paz para sus médicos


En reconocimiento a los esfuerzos de los médicos cubanos para ayudar a las naciones de todo el mundo a hacer frente a la pandemia de coronavirus, ha habido recomendaciones para que la Brigada Médica Henry Reeves reciba el Premio Nobel de la Paz. La brigada fue fundada por el líder revolucionario cubano Fidel Castro después de que Estados Unidos rechazó la oferta de ayuda humanitaria de Cuba a raíz del huracán Katrina en 2005.

En 2015, la Brigada Médica Henry Reeves fue nominada para el Premio Nobel de la Paz por su contribución a la lucha contra la pandemia del Ébola, en la que la ayuda médica y humanitaria de Cuba contrastaba fuertemente con la militarización empleada por Estados Unidos.

El premio conlleva reconocimiento y notoriedad. Entre los ganadores están Henry Kissinger, quien introdujo a Chile al neoliberalismo y la dictadura en un intento por evitar que la influencia revolucionaria cubana se propague por América Latina a través de elecciones democráticas. Otros ganadores son las Fuerzas de Mantenimiento de la Paz de la ONU, acusadas de varias violaciones de los derechos humanos, incluido el abuso sexual, la propia ONU, que ha abdicado de su responsabilidad de erradicar el colonialismo, Barack Obama, bajo cuyo gobierno las intervenciones militares asolaron el mundo árabe con el pretexto de la Primavera Árabe y la UE, que se enorgullece de la construcción de la paz pero apoya la colonización israelí y las intervenciones militares según lo determinado por los Estados Unidos, la ONU y la OTAN.

Contrariamente a la opinión popular, no hay nada noble en el Premio. El espectro de ganadores, desde individuos que realmente han marcado una diferencia positiva en el mundo, hasta criminales de guerra alabados como proveedores de paz, indica dinámicas distintas al altruismo en juego. El Premio Nobel de la Paz también puede servir a una agenda política que está muy alejada de los principios y prácticas revolucionarias de Fidel, la Revolución Cubana y el pueblo cubano.

Cuando los primeros médicos cubanos llegaron a Europa, se habló de poner fin al bloqueo ilegal de Estados Unidos contra Cuba y luego disminuyó a menos de ecos. A medida que la pandemia muestra signos iniciales de disminuir en Europa, la retórica política hizo lo mismo. El internacionalismo cubano ha dado un ejemplo por sí solo para todo el mundo. La comunidad internacional, por otro lado, rechaza los principios que contribuyeron a mejorar el bienestar de los civiles.

Había pocas posibilidades de que los líderes mundiales ofrecieran más que el reconocimiento del papel internacionalista ejemplar de Cuba. En Europa, se implementaron vigilancia y retrocesos adicionales con el pretexto de evitar una mayor propagación de la pandemia. Militarizar las fronteras y el Mediterráneo se mantuvo a la orden del día.

Cuba ha realizado tanto un gesto humanitario como político. Salvar vidas es humanitario. Los principios internacionalistas que Fidel impartió y consolidó a través de procesos revolucionarios de educación en toda la isla son políticos. Los principios socialistas han sido probados como una solución sostenible, pero la retórica ya ha pasado de la acción política al reconocimiento transitorio de los esfuerzos de Cuba para ayudar a frenar la propagación del coronavirus.

Si la recomendación del Premio Nobel de la Paz se lleva más allá, la comunidad internacional tendrá la oportunidad de explotar el reconocimiento. Durante décadas, la única concesión que la ONU le ha dado a Cuba es la votación regular contra el bloqueo impuesto por Estados Unidos, pero no una acción política para poner fin al aislamiento.

Fiel a la forma, el último llamado de la ONU a los EE. UU. Para levantar el bloqueo ilegal se ha articulado en el contexto de COVID-19. La declaración dice en parte: «En la pandemia de emergencia, la falta de voluntad del gobierno de los Estados Unidos para suspender las sanciones puede conducir a un mayor riesgo de tal sufrimiento en Cuba y otros países afectados por sus sanciones». Si no hubiera habido una pandemia de coronavirus, la ONU no habría sentido la urgencia de emitir una declaración pidiendo el levantamiento del bloqueo ilegal. La comunidad internacional es explotadora, pero Cuba respondió con principios, dedicación y acción colectiva para salvar vidas. Un Premio Nobel de la Paz está lejos de ser satisfactorio. Cuba no necesita compensación en forma de reconocimiento glorificado, sino un frente internacional unificado contra el bloqueo de Estados Unidos basado en principios, no en pandemias.

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