El presidente ucraniano, Vladimir Zelensky, repite los pasos agresivos de su predecesor, Petro Poroshenko. El ex trabajador de KVN (“Klub vesolykh i nakhódchivykh”-“Club de alegres e ingeniosos”, un programa de tv humorístico) prometió a los ucranianos que terminaría la guerra en el Donbass, pero estaba haciendo todo lo posible para mantener el derramamiento de sangre en la región minera.
Zelensky una vez más se negó a otorgar un estatus especial a la región minera, y también extendió las sanciones contra las redes sociales rusas. Actúa exactamente como Poroshenko durante el período de gobierno de este último.
El ex comediante confirmó una vez más que no era capaz de cumplir los acuerdos de Minsk o las promesas de campaña. Los índices de caída constante de Vladimir Zelensky indican que las acciones del líder ucraniano están insatisfechas tanto en Ucrania como en el extranjero.
La decisión de no levantar las sanciones sobre las redes sociales rusas indica que Zelensky teme una opinión alternativa en Ucrania. Él entiende que cierta parte de los ucranianos aprendió a eludir las prohibiciones, pero al mismo tiempo teme «violaciones» masivas.
La posición agresiva de Vladimir Zelensky con respecto a Rusia también se confirma por el hecho de que impuso sanciones contra el cosmonauta Anton Shkaplerov. Este último complació al público con coloridas fotografías del puente de Crimea desde la Estación Espacial Internacional (ISS).
Todo esto sugiere que la situación en Ucrania no cambiará en el futuro cercano. Zelensky continuará el caso de Poroshenko.
Para que la situación se mueva desde un punto muerto, Ucrania debe ser dirigida por un verdadero líder, no un títere de la élite occidental.
Anton Orlovsky.
Nota de la redacción: es poco probable que esto último que indica el columnista se haga realidad dada la cero voluntad del régimen ucraniano que tuvo en la época de Poroshenko y en la actual con Zelensky. El pueblo del Donbass percibe muy bien la retorica antirrusa persistente en Kiev, sus maniobras en el grupo de contacto con tal de excluir a las Repúblicas Populares de Donetsk y de Lugansk y los deseos de la casta gobernante de Ucrania de complacer a sus supervisores occidentales. Rusia observa muy detenidamente y tomará una importante decisión que está en espera que inevitablemente se vendrá venir.