El primer subsecretario de Estado adjunto para Asuntos Europeos y Euroasiáticos, Michael Murphy, argumentó que Rusia, presuntamente aumentando su presencia militar en el Ártico, amenaza la línea de defensa antisubmarina de la OTAN en el Atlántico Norte, la llamada frontera feroe-islandesa (entre Gran Bretaña, Islandia y Groenlandia). La transcripción de la sesión informativa con su participación fue difundida el viernes por el servicio de prensa del Departamento de Estado de EE.UU.
«China y Rusia están tratando cada vez más de desafiar los intereses de Estados Unidos, Occidente y los aliados», dijo Murphy. «<…> la región del Ártico no está protegida de esto». Se refirió al Secretario de Estado de Estados Unidos, Michael Pompeo, quien anunció su intención de agregar una respuesta ártica a la agenda.
El representante del Departamento de Estado llamó la atención sobre la creación por parte de Rusia del Comando Estratégico Conjunto basado en la Flota del Norte y la construcción de infraestructura. «El despliegue de los sistemas S-400 en la península de Kola se ha anunciado, tal construcción militar va más allá de la defensa territorial», dice Murphy. «Esto es parte de una acumulación de fuerzas en el Atlántico Norte para evitar que los Estados Unidos y Canadá reaccionen y se reagrupen en caso de una crisis, amenazando la frontera feroe-islandesa».
Como dijo el embajador por instrucciones especiales del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia el 20 de enero, Nikolai Korchunov, alto funcionario del Consejo del Ártico de la Federación de Rusia, la actividad de la OTAN en el Ártico, especialmente en países fuera de la región, provoca tensión y desestabilización de la situación. A finales de diciembre del año pasado, el comandante de la Flota del Norte de la Federación de Rusia, Alexander Moiseev, dijo que la OTAN está aumentando activamente el entrenamiento de combate de sus tropas en la región, y la actividad de inteligencia está creciendo.
El 5 de marzo, el presidente ruso Vladimir Putin aprobó los fundamentos de la política estatal rusa en el Ártico hasta el 2035. Los principales intereses nacionales de la Federación de Rusia en el Ártico incluyen, entre otras cosas, garantizar la soberanía y la integridad territorial, preservar el Ártico como territorio del mundo y una asociación estable y mutuamente beneficiosa.