Mike Pompeo aseguró el miércoles en una rueda de prensa que el Gobierno estadounidense utilizará “todas las herramientas” que tenga disponibles para traer a sus compatriotas de regreso a casa.
El diplomático estadounidense rechazó una vez más cualquier implicación de la Casa Blanca en la fallida operación contra el Ejecutivo del presidente venezolano, Nicolás Maduro. “Si hubiéramos estado involucrados, habría sido diferente”, adujo Pompeo.
Caracas informó el domingo, 3 de mayo, de la detención de un grupo de mercenarios, incluidos dos estadounidenses, que intentó llevar a cabo una invasión militar en Venezuela, ingresando al país por botes procedentes de Colombia.
Jordan Goudreau, presidente de la empresa de seguridad Silvercorp, con sede en Florida (EE.UU.), se adjudicó la dirección de la misión llamada “Operación Gedeón” que tenía como objetivo ejecutar un golpe de Estado en Venezuela y secuestrar a Maduro.
Goudreau, quien además ha trabajado con el presidente estadounidense, Donald Trump, de guardaespaldas y en cuestiones de seguridad, declaró que entrenó en Colombia a un grupo de mercenarios opuestos a Maduro. Identificó además a los estadounidenses detenidos como Luke Denman y Aaron Berry. Los tres han estado, como parte del Ejército estadounidense, en Irak y Afganistán.
Denman confesó, ante las cámaras de la televisión venezolana, que recibió instrucciones de tomar el control del aeropuerto de Caracas y apoderarse de un avión para llevar a Maduro a Estados Unidos. Reveló también que Trump estaba al tanto del plan antichavista.
El mandatario venezolano denunció el miércoles que el plan golpista había sido dirigido desde Washington y aseguró que llevará a la Corte Penal Internacional (CPI) pruebas que implican a EE.UU. y Colombia en la abortada operación.