Estados Unidos ha estado trabajando en un proyecto de acuerdo que regularía la minería en la Luna, así como en el establecimiento de «zonas de seguridad» alrededor de las posibles bases extraterrestres. Sin embargo, la propuesta excluye a Rusia, una gran potencia espacial.
La administración Trump está resolviendo los detalles de un plan que le daría a sus posibles actividades mineras en la Luna una apariencia de legalidad, incluso si no todas las naciones que viajan al espacio, incluidas las principales como Rusia, están a bordo, dijo una fuente a Reuters el martes.
Citando a funcionarios estadounidenses, el medio informó que Washington pedirá a algunos de sus aliados, como Canadá, Japón, Emiratos Árabes Unidos y naciones europeas, que firmen un acuerdo que regule la minería en la superficie lunar en preparación para una mayor actividad humana en la Luna.
El acuerdo podría allanar el camino para que las empresas privadas reclamen la propiedad de los recursos que extraen, algunos de los cuales esperan extraer la Luna en busca de agua, que puede convertirse en combustible para cohetes.
El pacto propuesto también prevé el establecimiento de «zonas de seguridad» alrededor de bases que, según la visión de Washington, pronto podrían aparecer en la Luna. Las zonas variarían en tamaño dependiendo de la «operación», dijo la fuente a Reuters.
Si bien esta disposición podría entrar en conflicto con el Tratado del Espacio Exterior de 1967 que prohíbe que todas las naciones presenten reclamos territoriales sobre cualquier parte de un cuerpo celeste más allá de la Tierra, la administración Trump argumentará que el acuerdo apunta a impulsar la coordinación entre los países involucrado, y solo refuerza el tratado de 1967.
Estados Unidos comenzará a negociar el pacto con sus aliados «en las próximas semanas». Sin embargo, al menos en las etapas «tempranas», las conversaciones no incluirán a Moscú, según el informe.
Moscú ha criticado repetidamente a Washington por su esfuerzo continuo para hacer del espacio el equivalente legal del Salvaje Oeste, incluidos los planes de militarizar los reinos exteriores y tomar territorio en otros planetas.
Si bien aún no se ha dado cuenta de sus diseños para apoderarse del espacio exterior, Washington siempre ha observado los vastos recursos que tiene para ofrecer. En 2015, por ejemplo, el Congreso aprobó una ley que permite a las empresas e individuos estadounidenses aprovechar los recursos de la luna y los asteroides.
El mes pasado, Trump acercó esa visión un paso más hacia la realización, sin embargo, al firmar una orden ejecutiva declarando que Estados Unidos no ve el espacio como «un bien común global» y argumentando que «los estadounidenses deberían tener el derecho de participar en la exploración comercial, la recuperación, y uso de recursos en el espacio ultraterrestre.