El presidente de Venezuela dijo que recibirá ayuda foránea por el COVID-19 a través de la OMS y refutó la versión de EE.UU. de que Caracas rechaza ese apoyo.
Durante la comparecencia diaria por videoconferencia para informar la situación de Venezuela por la pandemia del nuevo coronavirus, Nicolás Maduro reiteró el martes su disposición a aceptar donaciones de cualquier país, incluido Estados Unidos, siempre y cuando los envíos sean canalizados bajo la supervisión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Luego, el mandatario venezolano desmintió las declaraciones de funcionarios de la Administración de EE.UU., presidida por Donald Trump, en las que informan de la negativa del Gobierno chavista a recibir ayuda humanitaria en momentos de crisis por la propagación de la COVID-19.
“Estados Unidos viene diciendo algo y yo quiero salir del paso, lo dijeron hoy en el Consejo de Seguridad (de las Naciones Unidas), que Maduro no acepta la ayuda internacional, están mintiendo. Pero yo les digo no voy a pelear con Trump ni con el Gobierno de EE.UU., yo solo digo ¿Qué quiere donar usted a Venezuela? Dígame, aprobado con la Organización Mundial de la Salud, con la Organización Panamericana de la Salud todo lo que usted quiera”, declaró Maduro.
El jefe de Estado también subrayó que “Estados Unidos tiene la desfachatez de decir que son los mayores donantes de Venezuela” pero “si meten dinero a través de la oposición, se la robaron”.
En otra parte de sus declaraciones, el gobernante venezolano convocó a la oposición a un gran acuerdo humanitario de salud que favorezca las labores médicas para frenar la expansión de la COVID-19.
Asimismo,abogó por dejar de lado las diferencias por la paz. “Lo sigo ratificando a usted, líder, jefe de la oposición, (…) a todos, vamos a un cese al fuego”.
Mientras que el coronavirus sigue propagándose por el mundo, son varios los países, entre ellos Venezuela, sujetos a las sanciones unilaterales de EE.UU. que se enfrentan a dificultades para combatir la COVID-19. Pese a reiterados llamados, incluso desde dentro del propio Estados Unidos, Washington insiste en mantener sus sanciones inhumanas.