El Ejército Nacional de Libia (ENL) tomó el control del país, anunció su Comandante en Jefe, el Mariscal de Campo, Khalifa Haftar el 27 de abril. El “Gobierno del Acuerdo Nacional” (“GAN”) dirigido por el Primer Ministro, Fayez Sarraj criticó las acciones de Haftar como una farsa. El movimiento del mariscal de campo para asumir el poder total sobre el país fue una sorpresa para la comunidad internacional, escribió Vedomosti. Estados Unidos expresó su pesar, mientras que Rusia y la Unión Europea calificaron este paso como inaceptable. Sin embargo, la situación de facto en Libia aún no ha cambiado: para liderar el país, Haftar primero necesita tomar el control de la capital.
Desde abril del 2019, bajo el liderazgo de Haftar, el ENL ha continuado su ofensiva en Trípoli, la sede de las autoridades del “GAN” reconocidas por las Naciones Unidas. Hasta la fecha, el ENL controla la mayor parte del este y el sur del país, pero no ha podido tomar la capital. La situación empeoró bruscamente a fines del año pasado, cuando el “GAN” recurrió a Turquía para obtener apoyo militar. Junto con Turquía, el “GAN” cuenta con el apoyo de Italia y Qatar, y de los rivales de Doha: Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Arabia Saudita, además de Francia. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, acusó a Rusia de apoyar a Haftar, pero las autoridades rusas han subrayado en repetidas ocasiones que apoyan la resolución del conflicto mediante negociaciones.
En su conferencia de prensa del 28 de abril, el canciller ruso, Sergey Lavrov, dijo que Rusia no aprobó las declaraciones de Haftar. Konstantin Kosachev, quien encabeza el Comité de Asuntos Exteriores del Consejo de la Federación, también calificó la noticia de las acciones unilaterales de Haftar como «muy inquietantes».
Haftar está atrapado en un callejón sin salida, dijo a Vedomosti Leonid Isaev, profesor asociado de la Escuela Superior de Economía. «No ha podido tomar Trípoli durante un año, y debido a esto no hay forma de hablar en las negociaciones internacionales desde una posición fuerte, como le gustaría», dijo el experto. La alineación de fuerzas no cambia de ninguna manera desde su declaración, ya que es solo un intento de justificarse por estos fracasos, explicó Isaev. Según él, el mes pasado, cuando el apoyo de actores externos casi se agotó debido a la pandemia del coronavirus, Haftar y Sarraj se quedaron solos, y Haftar aún no pudo avanzar significativamente en el campo de batalla, dijo el experto. «Ninguno de los dos tiene suficientes recursos para derrotar al otro, y ‘las grandes potencias’ y los aliados regionales están claramente ocupados ahora», concluyó.