Un nuevo informe de la ONU sobre la crisis alimentaria advirtió que el hambre mundial podría convertirse en el próximo gran impacto de la pandemia de Covid-19. Más de un cuarto de mil millones de personas corren el riesgo de ser llevadas al borde del hambre si no se toman medidas rápidamente.
El martes, la Red Global contra las Crisis Alimentarias, una alianza internacional de agencias de las Naciones Unidas, gubernamentales y no gubernamentales, lanzó una nueva edición de su Informe Global anual sobre Crisis Alimentarias. El informe muestra que 135 millones de personas en 55 países y territorios experimentaron inseguridad alimentaria aguda en 2019.
Los conflictos, las condiciones climáticas extremas y las interrupciones económicas se han indicado como los principales impulsores que empujaron a decenas de millones de personas en Asia occidental, África y América Latina a una inseguridad alimentaria aguda.
La ONU y otros expertos han advertido que la crisis de Covid-19 pondrá a más de un cuarto de billón de personas al borde del hambre a menos que se tomen medidas rápidas pronto.
Las comunidades vulnerables que ya están lidiando con el hambre u otras crisis ya están viendo los efectos del cierre económico que ha llevado al mundo a una recesión en espiral.
Los países más vulnerables del mundo incluyen aquellos que necesitan asistencia alimentaria externa y en este momento hay 44 países en todo el mundo en esta categoría: 34 en África, ocho en Asia y dos en América del Sur y el Caribe.
Según el informe, no hay necesidad de que el mundo entre en pánico en esta etapa, ya que hay suficiente comida para todos en todo el mundo. Sin embargo, solo si los responsables políticos de todo el mundo toman medidas oportunas, una crisis de salud no se convertirá en una crisis alimentaria completamente evitable.