Los funcionarios estadounidenses argumentan que China debería pagar por lanzar al mundo a la peor recesión en 100 años. Para castigar a Beijing, algunos senadores estadounidenses sugirieron cancelar parte de la deuda de Estados Unidos que el Banco Popular de China tiene en reserva. Llevar a cabo esa amenaza podría provocar una crisis financiera mundial, escribe Nezavisimaya Gazeta.
El secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, dijo en una entrevista reciente que el virus se había originado en Wuhan, China e instó a Beijing a divulgar información sobre la propagación del COVID-19. El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, también insistió en que el gobierno chino debe «decir la verdad» sobre la pandemia. En respuesta, Beijing rechazó con vehemencia estas acusaciones.
Sin embargo, los expertos han descartado la propuesta de los senadores como miope. «Estados Unidos ha acumulado una deuda nacional que ya no puede cancelarse», dice el periódico Artem Deev, Jefe del Departamento de Análisis de Mercados.
«Todas las acusaciones contra China o cualquier otro país son siempre un componente político en una lucha económica. Después de la epidemia, la economía de China había perdido todo su crecimiento acumulado en los últimos 20 años y, por lo tanto, Estados Unidos usará cualquier excusa para lidiar con el golpe final a su rival», subrayó el experto.
El incumplimiento selectivo de las obligaciones de deuda de Estados Unidos es contrario a la ley estadounidense y podría privar a la deuda pública estadounidense de su mayor comprador y cuestionar la fiabilidad de los bonos del gobierno estadounidense como herramienta de inversión, advirtió Sergei Suverov, analista senior de BCS Premier.
«La guerra comercial entre Estados Unidos y China no ha terminado, y Estados Unidos bien puede generar retórica, atribuyendo la responsabilidad a China de difundir COVID-19 en los Estados Unidos y en todo el mundo», señaló Nikita Ryabinin del Grupo KRK.