Irán está considerando la construcción de submarinos de propulsión nuclear, reveló el jefe de la armada iraní. El desarrollo ampliaría enormemente las capacidades del estado para operar en los mares más allá de sus aguas natales.
«Sería una negligencia de parte de Irán si no considera el uso de submarinos con propulsión nuclear», dijo el jueves el contralmirante Hossein Khanzadi. «Por lo tanto, estamos pensando en eso».
Irán cuenta con una flota de varios submarinos, que van desde submarinos enanos hasta algunos capaces de transportar más de 50 tripulantes y atravesar aguas turbulentas. Todos sus recipientes, sin embargo, utilizan medios convencionales de propulsión.
Los submarinos de propulsión nuclear tienen mejores capacidades operativas que sus contrapartes diesel-eléctricas convencionales, ya que no necesitan reabastecimiento de combustible frecuente y pueden operar de forma autónoma durante períodos más largos, explicó el funcionario. La construcción de dichos buques está en línea con la estrategia de defensa del país, mientras que muchas otras naciones, incluido Estados Unidos, ya los despliegan, señaló Khanzadi.
El jefe naval no dio un cronograma sobre cuándo podría emerger exactamente un buque de propulsión nuclear, afirmando que Irán ya tiene «capacidad doméstica» para construir barcos más grandes que los submarinos «semipesados» de la clase Fateh.
Los planes para construir submarinos de propulsión nuclear se revelaron un día después de que ocurriera un nuevo incidente marítimo en las aguas del Golfo Pérsico. Un puñado de lanchas rápidas, pertenecientes al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria iraní (IRGC), zumbaron en los buques de guerra estadounidenses, que se dice que conducen patrullas de «seguridad marítima» en el Golfo. Estados Unidos condenó las actividades del IRGC, calificando las maniobras de lanchas rápidas como «hostigamiento … peligroso y provocativo».
El Golfo Pérsico ha visto un aumento en la presencia militar extranjera desde el verano pasado, cuando las aguas turbulentas se convirtieron en escenario de múltiples incidentes internacionales, incluida una serie de misteriosos ataques contra petroleros. Los EE. UU. Y el Reino Unido han sido particularmente vocales al culpar de esos ataques a Irán, sin embargo, no ha surgido evidencia para apoyar las acusaciones.