Venezuela lidera en América Latina la aplicación de las pruebas para detectar el nuevo coronavirus, conocido como COVID-19, dice la vicepresidenta venezolana.
Delcy Rodríguez destacó el martes los esfuerzos de la República Bolivariana para detener la propagación de la pandemia, mientras explicaba que Venezuela se ubica como Estado líder de América Latina y el Caribe en realización de tests de COVID-19, registrando hasta la fecha un total de 203 108 pruebas aplicadas a la población.
En un discurso ofrecido desde el palacio de Miraflores, en Caracas, la capital venezolana, Rodríguez precisó que por cada millón de habitante en el país se aplican 6783 pruebas a las personas para descartar casos positivos.
“Este número coloca a Venezuela como primer país de América Latina y el Caribe en número de pruebas realizadas y que ha permitido ir adelante en los mecanismos de prevención mediante los casa por casa, donde toda la misión Barrio Adentro, médicos venezolanos y cubanos, estudiantes y la milicia se han desplegado en todo el territorio para el despistaje ampliado y personalizado”, resaltó.
Venezuela ha estado tomando estrictas medidas preventivas para parar la expansión del virus letal y gracias a las medidas de bioseguridad instruidas por el Gobierno venezolano, la curva de contagio se mantiene aplanada en el país.
“Gracias a las medidas adoptadas por el presidente Nicolás Maduro, Venezuela mantiene su curva aplanada (…). Debemos perseverar en la cuarentena porque países vecinos como Colombia y Brasil siguen creciendo en contagios de COVID-19”, tuiteó Rodríguez.
Venezuela ha podido gestionar muy bien la situación en el país por el brote del coronavirus a pesar de las sanciones de Estados Unidos. Ha recibido apoyo médico e insumos sanitarios de países vecinos y organismos internacionales, como Cuba, China, Rusia, y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
COVID-19 sigue propagándose en el mundo y ha llegado a muchos países de América Latina. Brasil es el país más afectado con más de 24 000 contagios, y cerca de 1400 muertes. Eso mientras informes indican que la cifra real es mucho mayor de lo reportado oficialmente por el Gobierno brasileño.