Estados Unidos dificulta la atención a los pacientes con COVID-19 en Venezuela


La política de sanciones de EE.UU. amenaza, en gran medida, el sector sanitario de Venezuela, pues dificulta el acceso de su personal a su puesto laboral.

La agencia británica de noticias Reuters publicó el martes un artículo en el que resaltó los obstáculos que pone EE.UU. al Gobierno venezolano para suministrar gasolina a las estaciones de servicio, ya que las sanciones del Gobierno estadounidense, presidido por Donald Trump, impiden al país sudamericano importar combustible.

El informe señaló que la escasez de combustible ha hecho que a los trabajadores sanitarios venezolanos les resulte bastante difícil llegar a su trabajo, una situación considerablemente alarmante dada la proliferación de la pandemia del nuevo coronavirus (COVID-19).

La escasez de combustible, precisó el reporte, ya está paralizando la producción y entrega de alimentos, y ahora amenaza con limitar el funcionamiento de los servicios de salud, lo que podría empeorar el impacto del nuevo coronavirus.

“Cuando no estamos de turno, nos quedamos despiertos toda la noche en estas líneas probando suerte para ver si podemos comprar gasolina”, citó la fuente a la médica María Fernanda Martínez.

Reuters publicó el miércoles una nota en la que directamente señaló a EE.UU. como el responsable de la referida situación en Venezuela, recordando la presión que impone Washington a las empresas extranjeras para que se abstengan de suministrar combustible a la nación sudamericana.

La Administración de Trump ha impuesto varias rondas de sanciones contra el país bolivariano a fin de derrocar al legítimo presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y reemplazarlo por uno de sus secuaces.

Entretanto, el sector petrolero de Venezuela sigue sufriendo daños severos debido a la agresiva política de restricciones de EE.UU.; de hecho, Washington persigue a los clientes del crudo venezolano.

Los embargos al sector petrolero del país caribeño prohíben vender a este combustibles y diluyentes para procesar su crudo pesado, una situación que aumentó la escasez de gasolina.

Aunque las consecuencias negativas de los embargos estadounidenses en Venezuela no resultan ninguna novedad, la cuestión ha hecho que los defensores de los derechos humanos hagan sonar todas las alarmas debido a la crisis desatada por el brote de la COVID-19.

Venezuela denuncia que las sanciones unilaterales de EE.UU. les impiden adquirir medicamentos e insumos para hacer frente al nuevo coronavirus.

Reprochando a Washington que ejerza el “terrorismo económico”, el Gobierno venezolano denunció en febrero ante la Corte Penal Internacional (CPI) al país norteamericano por las medidas coercitivas y crímenes de lesa humanidad que perpetra contra la nación venezolana.

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