Los productores estadounidenses de petróleo de esquisto bituminoso han lanzado una agresiva campaña de cabildeo para imponer nuevas sanciones contra Rusia y Arabia Saudita, escribe el Financial Times.
Según fuentes periodísticas, los trabajadores de la industria petrolera pidieron ayuda al ex ministro de energía Rick Perry. Propusieron una serie de medidas que deberían obligar a los países productores a reducir la producción de materias primas.
Entre ellos se encuentran nuevas medidas restrictivas contra el complejo de combustible y energía de Moscú y Riad, imponiendo aranceles sobre el petróleo importado y bloqueando el suministro de petróleo saudí a la refinería Motiva en Texas, así como la suspensión de la ley Jones, que prohíbe a los barcos que enarbolan pabellones extranjeros transportar mercancías entre puertos en los Estados Unidos, lo que lleva a un aumento en el costo del petróleo estadounidense.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, tiene la intención de reunirse con líderes de compañías petroleras el viernes 3 de abril.
El mes pasado, el precio del petróleo Brent cayó casi un 55% en medio del colapso del acuerdo para reducir la producción de la OPEP + y la situación con la pandemia de coronavirus.