La Organización del Tratado del Atlántico Norte ha logrado adaptarse al clima creado por la pandemia de coronavirus y continúa los esfuerzos para garantizar la seguridad, dijo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, luego de una videoconferencia de ministros de Relaciones Exteriores de la OTAN. Los expertos entrevistados por Izvestia señalan que la declaración no es más que un intento de aparecer en medio de la pandemia.
No es del todo correcto decir que el coronavirus no ha afectado las actividades de la OTAN. En marzo, la alianza tuvo que reconsiderar la agenda del ejercicio militar Defender 2020, que se convertiría en su mayor juego militar posterior a la Guerra Fría en Europa.
«La OTAN sigue siendo ante todo un bloque militar y político, que busca realizar tareas estratégicas a través del fortalecimiento de su presencia militar. La expansión de la alianza es parte de esa línea», dijo Elena Ponomareva, profesora del Departamento de Ciencias Políticas Comparadas del Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú. «La alianza podría ser más activa en la situación de un desastre epidemiológico, pero no tiene un aspecto humanitario», agregó.
Cuando los problemas sanitarios mundiales ocupan un lugar central, surge la necesidad de redistribuir los fondos, reduciendo así el gasto en defensa, señaló el Director General del Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia (RIAC), Andrey Kortunov.
«La atención del público se ha desplazado hacia desafíos de seguridad más importantes. Los votantes en Europa y los Estados Unidos inevitablemente comienzan a preguntar: ¿por qué gastar tanto dinero en la OTAN, cuando existe la amenaza del coronavirus?», concluyó experto. «Los funcionarios de la OTAN están mostrando sus actividades en un intento por reafirmar las prioridades financieras y políticas que Occidente había establecido en los últimos años», explicó Kortunov.