El COVID-19 afecta la no proliferación nuclear

La pandemia de coronavirus ha dado un duro golpe al control de armas. En medio de la infección, Moscú y Washington han suspendido las consultas bilaterales sobre el New Start (Tratado de Reducción de Armas Estratégicas) y también han pospuesto una reunión de la Comisión Consultiva Bilateral (BCC) hasta el otoño. Sin embargo, Rusia cree que el coronavirus no es un factor para decidir el destino del acuerdo, escribe Izvestia.

El presidente del Comité de Asuntos Exteriores del Consejo de la Federación de Rusia (cámara alta del parlamento), Konstantin Kosachev, dijo al periódico que el único obstáculo era la posición incierta de Estados Unidos. «El coronavirus es la menor amenaza para el New Start. Sí, surgen ciertas circunstancias, pero no los consideraría absolutamente insuperables«, dijo el senador al periódico. «El problema es que los estadounidenses están apostando por un liderazgo militar unilateral en todo tipo de armamentos y, por lo tanto, los acuerdos de desarme no tienen sentido para ellos. Si Estados Unidos decide a favor de preservar este tratado, entonces ni las infecciones ni las circunstancias momentáneas serán obstáculo».

Los expertos coinciden en que el New Start es una red de seguridad que permite a las partes elaborar nuevos acuerdos de desarme en el futuro. En esta etapa, se han cumplido sus términos y esto significa que las consultas bilaterales se llevan a cabo no con el objetivo de reducir los armamentos sino para preservar esta red de seguridad.

«Las etapas anteriores descritas en el tratado estipulaban la reducción de las armas ofensivas estratégicas. Pero Estados Unidos y Rusia han alcanzado este umbral y, por lo tanto, no se necesitan medidas especiales para una mayor reducción o eliminación de ciertos sistemas», dijo Pyotr Topychanov, investigador principal del Instituto Internacional de Investigación para la Paz (SIPRI) de Estocolmo. «Las medidas escritas en el tratado son básicamente necesarias para mantener la previsibilidad y la transparencia. Es por eso que la falta de inspecciones y reuniones de la comisión consultiva en la etapa actual no está cambiando nada».

Mientras tanto, las partes deben acordar al menos si tienen la intención de extender el tratado por un máximo de cinco años o menos, y aquí las reuniones personales son importantes, señaló el experto. Richard Weitz, investigador principal y director del Centro de Análisis Político-Militar del Instituto Hudson, cree que retrasar las reuniones ruso-estadounidenses es una pérdida de tiempo, que podría gastarse en discutir algún tipo de mecanismo intermedio durante el período en que Moscú y Washington elaboraran un nuevo acuerdo integral.

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