EE.UU. espera un pic de muertes por el COVID-19 en dos semanas

Actualmente, Estados Unidos está atravesando un período difícil: la propagación explosiva del coronavirus ha retrasado la economía, y las medidas de cuarentena causan miedo y pánico entre los ciudadanos.

A partir del domingo 29 de marzo por la noche, se identificaron alrededor de 137.000 personas en el país y 2.400 estadounidenses murieron a causa de la enfermedad. Esta triste realidad obligó al presidente Donald Trump a anunciar nuevas medidas duras de lucha.

El jefe de la Casa Blanca dijo que extenderá hasta el 30 de abril medidas para combatir la propagación del coronavirus.

“Extenderemos nuestras pautas hasta el 30 de abril para frenar la propagación del virus. El martes, completaremos el trabajo en estos planes y proporcionaremos un resumen de nuestros hallazgos, confirmando los datos y la estrategia, al pueblo estadounidense”, dijo Trump durante una conferencia de prensa, informa Interfax.

El presidente de Estados Unidos también agregó que, según las previsiones, el pic de mortalidad por el coronavirus en los Estados Unidos llegará en dos semanas. Al mismo tiempo, expresó su esperanza de que para el 1 de junio la situación en el país comenzará a mejorar. Así, Trump instó a todos los estadounidenses a no reunirse durante más de diez personas, y recomendó que las personas mayores no salgan de casa.

Al mismo tiempo, el presidente de EE.UU. ha dicho repetidamente en las últimas semanas que espera eliminar pronto las restricciones asociadas con la pandemia del coronavirus. La semana pasada, Trump llamó a la posible fecha para el levantamiento de las restricciones el 12 de abril, y también declaró que «el tratamiento no debería ser peor que el problema», es decir, el coronavirus mismo.

Por cierto, CNN señaló que durante la semana pasada, la retórica de Trump sobre la epidemia ha cambiado: si el martes advirtió que las consecuencias económicas de las restricciones severas conducirían a más víctimas que el coronavirus, entonces el viernes señaló su prioridad la lucha contra la infección la salud de los estadounidenses, no la economía.

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