El presidente ruso, Vladimir Putin, se dirigió a la nación ayer miércoles para comentar sobre la situación del coronavirus en el país y describir las medidas para apoyar la economía, escribe Kommersant. También propuso posponer la votación a nivel nacional sobre las enmiendas a la Constitución de Rusia, subrayando que la salud y la seguridad de las personas seguían siendo las principales prioridades.
Aunque el presidente no mencionó la nueva fecha para la votación, la fuente del periódico cercana al Kremlin declaró que se había pospuesto hasta finales de mayo o principios de junio, pero la decisión final dependerá de la situación epidemiológica.
Según la fuente de Kommersant cercana a la administración presidencial, es poco probable que la epidemia de COVID-19 y el sentimiento de pánico asociado con ella afecten las calificaciones de aprobación de las autoridades. Por el contrario, todo eso «puede contribuir a la unidad de la nación», dijo. Sin embargo, las consecuencias económicas de la pandemia podrían afectar estas calificaciones.
Por su parte, el director del Instituto de Investigación Socioeconómica y Política, Dimitri Badovsky, cree que las medidas propuestas por Putin «pueden contrarrestar la presión sobre las calificaciones de aprobación de las autoridades y cualquier posible intensificación del voto de protesta». Según el experto, el hecho de que la decisión de posponer la votación se anunció durante el discurso a la nación indica que las autoridades querían calmar el sentimiento público. «Por otro lado, se le ha dado a la administración una prioridad clara, es decir, enfocarse principalmente en la lucha contra la epidemia».
Mientras tanto, Konstantin Kostin, presidente de la Fundación para el Desarrollo de la Sociedad Civil, señaló al documento que los pasos propuestos por Putin eran importantes tanto para tratar las consecuencias inmediatas del coronavirus como para «amortiguar los riesgos futuros y crear las condiciones para acciones efectivas en la economía y la esfera social en la siguiente etapa». Unos meses más adelante, una vez que termine la epidemia, todo el mundo y Rusia en particular se encontrarán en una nueva realidad, que afectará el bienestar social de las personas y, posiblemente, las calificaciones políticas, agregó el experto.