Las medidas destinadas a evitar una mayor propagación del coronavirus en los países han dejado enormes extensiones de la población mundial en el hogar, lo que ha provocado una importante caída en los ingresos de las industrias de viajes, restaurantes y hospitalidad, mientras que muchas fábricas grandes también se han visto obligadas a cerrar. .
La directora del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, advirtió que el daño causado a la economía mundial por la pandemia del coronavirus COVID-19 podría ser tan malo o peor que la crisis financiera mundial de 2008 y provocar una recesión.
«La perspectiva para el crecimiento global: para 2020 es negativa: una recesión al menos tan mala como durante la crisis financiera mundial o peor. Pero esperamos una recuperación en 2021», dijo Georgieva.
También notó que las economías avanzadas tienen una mejor oportunidad de responder adecuadamente al impacto del coronavirus, mientras que los mercados emergentes podrían verse muy afectados por el brote. Georgieva enfatizó que lo mejor que se puede hacer para que las economías se recuperen después del nuevo shock es concentrarse en contener la enfermedad y fortalecer los sistemas nacionales de salud.
«Los costos humanos de la pandemia de coronavirus ya son inconmensurables y todos los países deben trabajar juntos para proteger a las personas y limitar el daño económico», dijo Georgieva.
El jefe del FMI también elogió las acciones fiscales extraordinarias, así como otras medidas para aliviar las políticas monetarias que han emprendido varios países para reducir el impacto de la pandemia en sus economías. Georgieva señaló, sin embargo, que se podrían requerir más medidas de los gobiernos en términos de políticas fiscales.
Impacto del coronavirus en las economías
El brote de coronavirus y las medidas gubernamentales dirigidas a enfrentarlo han impedido la actividad económica mundial, obligando a muchas empresas, especialmente en las industrias de viajes, restaurantes y hotelería, a cerrar temporalmente sus establecimientos, mientras que algunas fábricas importantes han tenido que detener sus operaciones. Varios países, como los Estados Unidos, Francia y el Reino Unido han comenzado a anunciar programas de ayuda para apoyar a las empresas nacionales en estos tiempos difíciles, incluidos los retrasos crediticios, los préstamos gubernamentales y la reducción de las tasas de crédito.