Un periódico estatal chino insta al Gobierno de Estados Unidos a aclarar las actividades de su laboratorio biológico, que cerró poco antes del brote del COVID-19.
“Existe una gran incertidumbre acerca de las actividades del Laboratorio Microbiano del Ejército de EE.UU. (Fort Detrick) respecto a la propagación del coronavirus, denominado COVID-19, lo que ha llevado a las personas a pedir una aclaración de sus actividades”, escribió el sábado el periódico oficial del Partido Comunista de China (PCCh), People’s Daily.
Según la publicación, reina cierto desasosiego acerca de las investigaciones realizadas por el citado laboratorio sobre el nuevo coronavirus y se cree que la fuga del brote se produjo en estas dependencias.
De igual modo, señala que el 10 de marzo se lanzó una petición en el sitio web de la Casa Blanca, solicitando al Gobierno norteamericano que revelase el verdadero motivo detrás del cierre de Fort Detrick y que aclarase si el laboratorio en cuestión era la unidad de investigación del nuevo coronavirus.
El laboratorio de Fort Detrick, ubicado en Frederick, en el estado de Maryland, ha sido hasta hace poco el principal centro del programa de armas biológicas del Comando Médico del Ejército de EE.UU. En las instalaciones se estudiaba material infeccioso mortal, como el virus del Ébola y la enfermedad de la viruela, pero fue clausurado abruptamente en agosto de 2019.
Al respecto, medios estadounidenses indicaron que su cierre respondía a cuestiones de seguridad después de que los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) descubrieran que la organización no había establecido sistemas suficientemente capaces de descontaminar las aguas residuales para los trabajadores en los laboratorios.
En su momento, el periódico New York Times apuntó que los CDC no podían proporcionar más detalles sobre la suspensión de las actividades de Fort Detrick por “razones de seguridad nacional”, además de indicar que numerosos portales webs en inglés, que se hacían eco de la noticia, habían sido eliminados.
Zhao Lijian, uno de los portavoces del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, aseveró recientemente en su cuenta de la red social Twitter que el nuevo coronavirus podría haber sido propagado por el Ejército de EE.UU. en la ciudad de Wuhan, el epicentro del brote.
En concatenación con las afirmaciones de Zhao, Geng Shuang, también vocero de la Cancillería china, dijo que la comunidad internacional, incluido EE.UU., tiene diferentes puntos de vista sobre la fuente del COVID-19 y señaló que es un problema científico que requiere opiniones científicas y profesionales.
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Por otro lado, en una rueda de prensa celebrada el pasado miércoles, el asesor médico jefe de China, Zhong Nanshan, rechazó la afirmación generalizada de que el nuevo coronavirus se originara en Wuhan y criticó tales alegatos tachándolos de irresponsables.
“La pandemia de la nueva neumonía por el coronavirus tuvo lugar en China, en Wuhan (…) pero no significa que su origen esté en Wuhan”, afirmó Zhong.
Varios especialistas y observadores plantean la posibilidad de que EE.UU. haya creado el temido COVID-19. En este sentido, Philip Giraldi, exfuncionario de la Agencia Central de Inteligencia del país norteamericano (CIA, por sus siglas en inglés) opina que el nuevo coronavirus es resultado de una colaboración entre EE.UU. e Israel para crear un arma de guerra biológica para dañar a China e Irán.