Beijing y Washington intercambian púas en la guerra de la información

El Partido Comunista Chino se está preparando para declarar la victoria en la batalla contra el nuevo coronavirus, escribe Nezavisimaya Gazeta. El número de personas que han contraído la enfermedad en el extranjero ha excedido el número de pacientes nuevos en China por segundo día consecutivo. Los medios de comunicación gubernamentales afirman que China ha podido hacer frente a la crisis gracias a las ventajas del sistema socialista y al papel principal del Partido Comunista. Por otro lado, muchas personas en Wuhan, la ciudad donde comenzó la epidemia, creen que las autoridades son responsables del retraso en la lucha contra la infección mortal.

Mientras tanto, parece que desapareció la célebre terquedad típica de los chinos, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lijian, quien recientemente acusó a los Estados Unidos de propagar la epidemia, tuiteando que podría ser el ejército de los Estados Unidos quien trajo el coronavirus a China. Aparentemente, la declaración estaba vinculada a la participación del ejército estadounidense en los Juegos Mundiales Militares celebrados en Wuhan en octubre pasado. El Ministerio de Relaciones Exteriores de China también dijo que se opuso a la expresión «coronavirus de Wuhan» luego de las declaraciones sobre el tema del secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo.

Según el profesor de la Escuela Superior de Economía Alexei Maslov, la gestión de la movilización resultó ser mucho más efectiva dada la situación actual del coronavirus. «China ha podido destinar fondos sustanciales para construir hospitales, atraer voluntarios y tomar otras medidas. La ventaja de China es que tenía un colchón financiero muy grande. Lo ayudará a recuperarse en un corto período de tiempo», dijo a Nezavisimaya Gazeta.

En cuanto a las acusaciones contra los EE.UU., según el experto, China está comenzando a jugar el mismo juego que Estados Unidos jugó en enero, es decir, China cambió las tornas y arrojó las acusaciones anteriores de los EE.UU. en la cara de los estadounidenses, cuando Washington dijo que China estaba ocultando datos verdaderos del coronavirus.

«China respondió con una retórica más dura. No sé si las acusaciones chinas son ciertas, pero el mundo las está discutiendo. Eso significa que la retórica ha dado en el blanco», concluyó Maslov.

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