Afganistán enfrenta crisis de poder dual

Dos ceremonias de toma de posesión presidenciales paralelas han tenido lugar en la capital afgana de Kabul. El actual presidente Ashraf Ghani fue proclamado nuevo jefe de estado del país en una de las ceremonias, mientras que la otra honró a su principal rival Abdullah Abdullah, quien se había negado a reconocer el resultado de las elecciones de septiembre. La disputa pone en tela de juicio las conversaciones entre Kabul y el movimiento talibán (proscrito en Rusia), así como el acuerdo entre Washington y los insurgentes, que allana el camino para la retirada de las tropas extranjeras, escribe Nezavisimaya Gazeta.

Según el canal de televisión TOLOnews, Ghani y Abdullah realizaron una reunión e intentaron llegar a un acuerdo. Ghani ofreció el 40% de los escaños del gabinete a Abdullah, así como el cargo de presidente del Consejo de la Alta Paz que sostendrá conversaciones con los talibanes. Sin embargo, según personas del círculo cercano de Abdullah, exigió que se cancelara el resultado de las elecciones.

Arkady Dubnov, experto en Asia Central y Afganistán, señala que la toma de posesión de Ghani le brindará la oportunidad de formar la delegación de Kabul para conversar con los talibanes. «Sin embargo, por otro lado, dos tomas de posesión allanan el camino para un sistema de administración dual. En tal situación, Kabul tendrá oportunidades limitadas para tomar decisiones. También es posible que los talibanes busquen ejercer una presión más fuerte sobre el gobierno El problema es que no reconocen a Ghani porque lo consideran un títere. Continuarán los ataques para asegurarse de que sus prisioneros sean liberados. Ghani se opone a ese paso. Y las personas en el norte del país, controladas por Abdullah, pueden iniciar la liberación de los prisioneros talibanes que retienen. Esto es lo que conducirá a un sistema de administración dual», dijo el experto.

El acuerdo entre los Estados Unidos y los talibanes estipula que Trump dejará Afganistán. Las partes también acordaron que los talibanes no atacarán a los estadounidenses. Es una reminiscencia del acuerdo de retirada de tropas que los comandantes soviéticos hicieron con los muyahidines en 1988-1989, señaló Dubnov. No descartó que los anexos clasificados del acuerdo esbozaran un mecanismo de salvaguardia que se usaría si los talibanes violaran su obligación de evitar que Al-Qaeda (proscrito en Rusia) y otras organizaciones terroristas usen el suelo afgano para llevar a cabo ataques contra otros países.

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