China no ha cambiado de opinión y aún no tiene intención de unirse a las conversaciones trilaterales de control de armas con Estados Unidos y Rusia, dijo el viernes el Ministerio de Relaciones Exteriores a raíz de la nueva invitación de Washington para tales negociaciones.
«China ha repetido muchas veces que no tenemos intención de unirnos a las llamadas conversaciones trilaterales de control de armas entre Rusia, China y Estados Unidos, y esta postura es bastante clara», dijo el portavoz del ministerio, Zhao Lijian, en una sesión informativa.
Según el diplomático, Estados Unidos primero debe «responder a los llamados de la parte rusa para extender el Nuevo Tratado START y reducir el arsenal nuclear propio para crear condiciones para que otros países se unan a las negociaciones multilaterales sobre desarme nuclear».
China, a su vez, mantiene su arsenal nuclear en un «nivel mínimo necesario para garantizar la seguridad nacional» y nunca se unirá a ninguna carrera armamentista, señaló Zhao.
El portavoz también subrayó que la negativa a unirse a las conversaciones trilaterales no significaba que China abandonaría los esfuerzos mundiales de desarme nuclear.
«A Beijing le gustaría trabajar con todas las partes para fortalecer la comunicación y la coordinación como parte de los mecanismos internacionales existentes y discutir temas relacionados con la estabilidad estratégica global», agregó.
Hablando en las Naciones Unidas el 5 de marzo, el subsecretario de Estado de Estados Unidos para la Seguridad Internacional y la No Proliferación, Christopher Ford, anunció efectivamente la invitación del presidente Donald Trump para que Rusia y China se unan a tales conversaciones.
Agregó que China respondería pronto y expresó la esperanza de una respuesta positiva.
El anuncio se produce en medio de debates sobre el futuro del Nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas de 2010 (Nuevo START), el último tratado de control de armas vigente entre Rusia y los Estados Unidos. El tratado expira en febrero de 2021 y hasta el momento Estados Unidos no se ha comprometido a extender el acuerdo, señalando que favorece un régimen de control de armas enmendado que también incluya a China.