Estados Unidos hará todo lo posible para proteger a sus ciudadanos después de que la Corte Penal Internacional (CPI) decidió permitir sondeos sobre posibles crímenes de guerra cometidos en Afganistán, dijo el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, a los periodistas en una conferencia de prensa el jueves.
«Esta es una acción realmente impresionante por parte de una institución política inexplicable que se hace pasar por un cuerpo legal», dijo Pompeo. «Lo reiteraré una vez más, Estados Unidos no es parte de la CPI. Y tomaremos todas las medidas necesarias para proteger a nuestros ciudadanos de este llamado tribunal ilegal renegado».
La declaración se produce después de que jueces superiores de la Corte Penal Internacional (CPI) autorizaron más temprano ese día al fiscal de la corte a iniciar una investigación sobre presuntos crímenes de guerra en Afganistán.
La decisión anula una decisión el año pasado que bloqueó la solicitud de investigación del fiscal de la CPI Fatou Bensouda debido a la falta de cooperación de Kabul y Washington.
La exitosa apelación de Bensouda abre el camino para investigaciones sobre crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad que se cree que fueron perpetrados por los talibanes y las fuerzas estadounidenses y afganas en Afganistán.
Estados Unidos se ha opuesto a la Corte Penal Internacional desde que fue creada por las Naciones Unidas, alegando que se usaría para enjuiciamientos de estadounidenses por motivos políticos por naciones con rencor contra Estados Unidos.
Los talibanes confiados en los Estados Unidos trabajan para mantener los compromisos bajo un acuerdo de paz
«Todavía confiamos en que el liderazgo talibán * está trabajando para cumplir con sus compromisos. Estamos trabajando para cumplir con los nuestros», dijo el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, durante la sesión informativa.
El portavoz de la Oficina del Consejo de Seguridad Nacional de Afganistán, Javid Faisal, dijo anteriormente que el movimiento talibán ha incumplido el acuerdo de paz firmado con Estados Unidos al lanzar numerosos ataques contra las Fuerzas de Defensa y Seguridad Nacional Afganas (ANDSF) después de firmar el acuerdo.
Los talibanes observaron una reducción en la violencia durante una semana antes de firmar el acuerdo de paz con los Estados Unidos el 29 de febrero, después de lo cual se lanzaron ataques en todo el país, lo que resultó en docenas de muertes militares y policiales denunciadas.
Las conversaciones de paz entre el gobierno afgano y los líderes talibanes están programadas para comenzar el 10 de marzo, pero una cláusula en el acuerdo de paz entre Estados Unidos y los talibanes, que da luz verde a la liberación de hasta 5.000 prisioneros talibanes de la custodia afgana, se ha convertido en un punto crítico que podría poner en peligro el acuerdo completo.