Del “copamiento” a la “encerrona”. Llegada del GOPE. Aprenderían de policías españoles y alemanes. Protección a paramilitares de ultraderecha.
Una información de estos días da cuenta de que, supuestamente, Carabineros, y en particular sus Fuerzas Especiales (FFEE), estaría “cambiando la táctica” para enfrentar a los manifestantes y, en teoría, la prioridad serían jóvenes de la “primera línea” en las protestas en torno de la Plaza de la Dignidad (Baquedano) y muchachos organizados en ciudades de regiones.
De métodos como el “copamiento” pasarían a las “encerronas”. Según fuentes policiales, fue lo que operó el martes recién pasado y que habría posibilitado la detención de un grupo de personas que, según la versión de Carabineros y del gobierno, serían de la denominada “primera línea” en Santiago. Esto consistiría en ir de frente hacia los manifestantes, hacerlos retroceder o escapar, y esperarlos en calles y puntos, en una especie de pinza.
Esto no descarta el método de “represión directa”, que es lanzar de frente a un numeroso contingente de FFEE con bastones, gases, carros lanza agua, y disparos de bombas lacrimógenas, sin descartar hasta golpes directos y golpizas grupales a civiles.
No se desconoce que Carabineros sigue usando personal vestido de civil (grupos de sabotaje y reconocimiento) que se infiltra en las protestas o que circula por sectores adyacentes para identificar personas y después señalarlas para reprimirlas, golpearlas o apresarlas.
De acuerdo a versiones de muchachos que integran las brigadas de salud -que rescatan y atienden a heridos-, en las movilizaciones se está viendo personal del GOPE (Grupo de Operaciones Especiales) y de otros departamentos de Carabineros, muchos de ellos actuando de civil. También, en las nuevas “tácticas”, los uniformados están atacando, lanzado gases y agua, y arrestando precisamente a médicos, estudiantes de medicina, enfermeras y enfermeros, que integran brigadas de salud y sanitarias que, entre otras misiones, atienden a manifestantes con heridas oculares y asfixia, producto de la acción represiva de la policía uniformada.
Sin que se haya aclarado oficialmente, presentado información al Parlamento o transparentado información ante la opinión pública, de acuerdo a informes de prensa y datos extraoficiales, en Chile estarían operando oficiales y agentes de policías de España, Alemania, Israel, Reino Unido y Brasil, instruyendo en prácticas y tácticas represivas a Carabineros de Chile y guiando las formas de ataques a manifestantes.
La injerencia policial extranjera incluiría asesoría a alto mando de Carabineros, entrega o venta de insumos o vehículos para represión, indicaciones de uso de Inteligencia y mecanismos de enfrentar movilizaciones.
Junto a todo lo anterior, hay imágenes de numerosos carabineros escoltando y protegiendo a grupos paramilitares de derecha que han marchado por las calles de Santiago y de algunas regiones, y de momentos de encuentro amistoso entre personas que están por el Rechazo a la nueva Constitución compartiendo con los uniformados. En el primer caso, Carabineros hizo caso omiso que los ultraderechistas llevaban escudos, casos, palos, bastones de ataque e inclusive agredieron a transeúntes sin que los uniformados actuaran.
Eso podría estar dentro de un procedimiento establecido por los mandos policiales para el tratamiento de manifestaciones de partidos de derecha, grupos paramilitares de ultraderecha y partidarios de la opción Rechazo que promueven sectores conservadores y de poderes fácticos, y ex militares y ex carabineros.