Rusia intenta crear una alianza anti-turca en medio de las tensiones sobre la provincia siria de Idlib

Rusia ha estado tratando de abandonar su asociación táctica con Turquía en Siria para contrarrestarla cooperando con los estados del Golfo, escribió Al-Monitor, subrayando que últimamente Moscú ha intensificado los contactos con varios países árabes. La razón detrás de esto podría ser las diferencias irreconciliables entre Rusia y Turquía sobre la gobernación siria de Idlib, que está controlada tanto por la oposición pro-turca como por los terroristas. Las monarquías árabes, excepto Qatar, son los principales rivales geopolíticos de Turquía y cualquier movimiento para intensificar los contactos, especialmente en medio de las crecientes tensiones sobre Idlib, podría dar lugar a sospechas de que Moscú está buscando un contrapeso a Ankara, escribe Nezavisimaya Gazeta.

El experto ruso del Consejo de Asuntos Internacionales, Anton Mardasov, cree que Moscú tiene los recursos para reequilibrar las fuerzas, pero tiene que cambiar las reglas del juego en Siria. «Primero, era importante para el Kremlin agilizar los esfuerzos de Turquía en Idlib. No había otro medio de obligarla a interferir en lugar de aumentar las apuestas. Segundo, Moscú está interesado en debilitar la oposición de Siria y aún más quiere que Damasco reconozca los límites de sus capacidades: las unidades de Assad no tienen poder sin el apoyo directo de Rusia», dijo el analista. Esto significa que Rusia podría usar esta situación para obtener una mayor lealtad del presidente Bashar Assad, señaló Mardasov. «Tercero, distanciarse de Turquía sobre Idlib le permite a Rusia tener en cuenta la opinión de las monarquías árabes, que buscan contener tanto a Irán como a Turquía», señaló.

Según el experto militar Yuri Netkachev, Ankara no tiene motivos para discutir con Moscú sobre Idlib. «Primero, la participación activa del ejército turco en la guerra siria y sus pérdidas ya han sido criticadas por los políticos del país y su sociedad». Además, los turcos tienen un gran interés económico en Rusia en cuanto a comercio agrícola, turismo, proyectos de energía y cooperación militar y técnica. «Todo esto finalmente los alienta a buscar un compromiso».

El politólogo ruso Fyodor Lukyanov dijo a Vedomosti que una guerra ruso-turca es imposible, y señaló que el comportamiento de Moscú y Ankara apunta a esto. «Una guerra provocaría consecuencias devastadoras para ambas partes y es por eso que esto se descarta. No sabemos con certeza quién había llevado a cabo el ataque [contra el ejército turco], pero todos enfatizan cuidadosamente que se trataba del régimen sirio y esto demuestra que nadie está interesado en ninguna escalada ruso-turca».

Izvestia escribe que la única forma de resolver problemas difíciles en torno a Idlib es mantener conversaciones cara a cara entre los líderes ruso y turco. Según ambas partes, Vladimir Putin y Recep Tayyip Erdogan planean reunirse en Moscú el 5 o 6 de marzo. Enes Bayrakli, experto en el grupo de expertos turco SETA, cree que los dos líderes tienen todas las posibilidades de resolver la crisis de Idlib.

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