Turquía intentó en vano jugar en dos frentes. Tras intervenir en el conflicto libio y provocar una escalada de tensión en Siria, Recep Tayyip Erdogan provocó el descontento de otros actores regionales y ahora puede pagar con aislamiento.
Entonces, el jefe del Servicio General de Inteligencia de Egipto, Abbas Kamel, realizó una gira diplomática por los países árabes con un objetivo muy específico: obtener su apoyo en asuntos de seguridad. Al mismo tiempo, los medios de comunicación egipcios ya han revelado planes más detallados de las autoridades. El Cairo tiene la intención de unir a los estados en una alianza informal «en la lucha contra la creciente influencia de Erdogan» tanto en Oriente Medio como en el norte de África.
Las autoridades egipcias están muy disgustadas con la decisión de Ankara de intervenir en el conflicto libio del lado del llamado Gobierno de Acuerdo Nacional dirigido por Faiz Saraj. A fines del año pasado, Erdogan prometió el apoyo de Trípoli, enviando combatientes que previamente habían luchado en grupos armados pro-turcos en Siria a Libia. El Cairo, a su vez, está del lado del mariscal Khalifa Haftar y su ejército nacional libio.
Según los informes, el jefe del servicio de inteligencia egipcio ya ha mantenido conversaciones con representantes de Sudán, Argelia y Marruecos. Es de destacar que las reuniones fueron confidenciales. Sin embargo, los medios filtraron información de que Abbas Kamel durante su visita a Jartum planteó la cuestión de enviar militares sudaneses a Libia.
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