El rol de los valores del gobierno ruso en los mercados mundiales es tan grande que la prohibición de las operaciones con ellos puede desencadenar uno de los escenarios más negativos para todo el sistema monetario internacional, escribió Izvestia. Por lo tanto, los expertos del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), que une a unas 450 organizaciones importantes, reconocieron que la posible introducción de sanciones estadounidenses a la deuda pública rusa está llena de conmoción para los mercados emergentes. Según su informe, las llamadas «sanciones del infierno» pueden resultar no solo en la salida de bancos extranjeros de Rusia, sino también en turbulencias en los mercados de valores de otros países, así como problemas en el comercio internacional.
Los bonos de préstamos federales (OFZ) se incluyen en todos los principales índices mundiales de los países en desarrollo. Además, los valores soberanos rusos ocupan una posición clave allí. Los bancos occidentales han reconocido que las sanciones provocarán una fuerte salida de los mercados emergentes en los que se invierten sus fondos, de acuerdo al informe. Según el documento, las restricciones estadounidenses a la compra de bonos del gobierno ruso obligarán a los inversores a cambiar sus estrategias. Los jugadores del mercado tendrán que retirar dinero de los mercados emergentes e invertir en los menos riesgosos.
Otra consecuencia negativa de las sanciones contra el mercado financiero ruso, y en particular, las OFZ, es la posible salida de filiales de bancos extranjeros del país, escribió Izvestia. Otra amenaza de las medidas antirrusas de Washington es que las nuevas sanciones pueden crear dificultades significativas en los asentamientos internacionales, señaló IIF, ya que el rublo es una de las monedas más comercializadas de los países en desarrollo.
El analista jefe Anton Pokatovich de BCS Premier está de acuerdo con el punto de vista de IIF. Según él, las sanciones contra los bonos federales no solo dañarán los intereses de Rusia, sino que también formarán un conjunto de consecuencias negativas para otros participantes del mercado global, incluidos los inversores estadounidenses.