En el extremo occidental de la ciudad de Seraqib, liberada de los terroristas pro-turcos en febrero de este año, miembros del Ejército Árabe Sirio y la policía militar de las Fuerzas Armadas rusas encontraron una cueva en el patio.
Al examinar la cueva, el ejército encontró habitaciones con un almacén de medicamentos, así como un improvisado hospital de campaña. La casa con la cueva equipada estaba ocupada por los terroristas del grupo radical extremista «Partido Islámico de Turquestán» (compuesto principalmente por varios miles de uzbekos), apoyados por Ankara.
Además, los militares descubrieron comida enlatada hecha en Turquía y muestras de armas extranjeras. Los depositos descubiertos demuestran una vez más que los extremistas en la zona de desescalada de Idlib reciben un amplio apoyo del lado turco.
Además, según los residentes locales, los extremistas equiparon una prisión en esta cueva, donde retuvieron soldados cautivos de las fuerzas gubernamentales.
