Arabia Saudita ejecutará a una docena de disidentes menores chiíes como parte de la política de represión del príncipe heredero saudí, Muhamad bin Salman Al Saud.
12 de los residentes de la localidad de mayoría chií Al-Qatif, ubicada en la Provincia Oriental, se enfrentan a la pena de muerte en varios litigios, en medio de una ofensiva dirigida por Bin Salman contra los activistas que abogan por la democracia, los predicadores musulmanes y los intelectuales, según informó el lunes el portal libanés Al-Ahed, citando fuentes de la Organización Europea-Saudí para los Derechos Humanos (ESOHR, por sus siglas en inglés).
Entre los detenidos, que ya están en el corredor de la muerte, se encuentra Muhamad Issam al-Faraj, nacido en 2002, quien fue acusado antes de cumplir los 10 años.
Una fuente local, que solicitó el anonimato, dijo a Al-Ahed que el fallo es emitido por una autoridad y que no hay cabida para la defensa propia o el nombramiento de un abogado.
También agregó que los acusados no tienen ningún conocimiento sobre cuándo y cómo se llevan a cabo las audiencias y qué involucran. Los acusados solo deben someterse a la orden judicial, y sus familias serán informadas únicamente después de haber sido ejecutados.
Los ejecutados son enterrados solos y sus familias no pueden despedirse ni recibir la herencia de sus seres queridos.
En reiteradas ocasiones, diferentes oenegés y organizaciones pro derechos humanos, como Human Rights Watch (HRW), han advertido del aumento exponencial de la represión, el arresto y la encarcelación de activistas en Arabia Saudí, a los que las autoridades, además, someten a brutales torturas, agresiones sexuales incluidas.
Lamentan ante ONU violaciones de derechos humanos por Arabia Saudí
A principios de este mes en curso, la ONG Amnistía Internacional (AI) denunció que la monarquía árabe usa las cortes para acallar sistemáticamente a los disidentes.