Washington negocia por la seguridad global, pero pide que Beijing rinda cuentas

Estados Unidos está desesperado por capitalizar un acuerdo clave de disuasión estratégica.

Washington continúa retrasando la respuesta final con respecto a la posibilidad de extender el Tratado de Medidas para Reducir y Limitar aún más las Armas Ofensivas Estratégicas, que también se conoce como START-3.

Tal declaración fue hecha por un alto funcionario estadounidense en una sesión informativa en la capital estadounidense.

“Todavía no tenemos una decisión final sobre el tema de firmar un tratado de reducción de armas ofensivo. Nuestro enfoque ahora está en las amenazas que van más allá del alcance de este acuerdo”, dijo.

Al mismo tiempo, el representante de la administración de Estados Unidos aseguró que Washington sería más probable que decidiera en esta dirección si Pekín también anunciara su intención de firmar el acuerdo.

“China ha argumentado repetidamente que no luchan por la igualdad con Estados Unidos y Rusia, que no entrarán en la carrera armamentista. Ha llegado el momento de confirmar tales declaraciones con acciones, demostrando que China es un actor serio en el ámbito internacional», dijo el funcionario, y subrayó que «es imposible luchar por un nivel global, pero no asumir la responsabilidad global».

Como News Front informó anteriormente, los esfuerzos de Washington ya han dejado de existir uno de los documentos más importantes para la seguridad mundial: el Tratado para la Eliminación de los Misiles de Mediano y de Corto Alcance.

Desde el 2014, Estados Unidos ha acusado a Rusia de «violar» el Tratado INF al crear el misil 9M729. La administración estadounidense afirmó que los parámetros del cohete supuestamente van más allá de los límites permitidos por el acuerdo. Fueron estas acusaciones las que utilizó Donald Trump cuando anunció la terminación del Tratado INF. Muchos países, incluidos los aliados de EE.UU., se opusieron a esa medida. Rusia también pidió una solución constructiva e incluso convocó una reunión internacional para demostrar las características del misil 9M729, refutando las acusaciones infundadas. Sin embargo, Estados Unidos y otros países de la OTAN ignoraron la invitación. Al final, Estados Unidos logró su objetivo y en el verano del 2019, el Tratado INF dejó de existir.

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