El ex presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dejó a su sucesor, Donald Trump, un legado horrible cuando dejó la Oficina Oval, dijo el canciller ruso, Sergey Lavrov.
El ministro recordó que Obama, «resentido por el asilo de Edward Snowden», canceló su visita a una cumbre en Moscú, donde «se estaba preparando un documento muy interesante sobre estabilidad estratégica para ser firmado».
«Tenía la peculiaridad de poner lo personal antes del estado. También lo mostró en diciembre del 2016, cuando él, que ya era un presidente saliente, ‘cerró la puerta’ al apoderarse de las propiedades diplomáticas rusas y forzar a los diplomáticos a salir. Al hacerlo, dejó a Trump con un legado horrible en las relaciones con Rusia, que aún tiene cierto efecto», agregó el máximo diplomático.
El 2 de septiembre del 2017, las autoridades estadounidenses, con el pretexto de las sanciones, cerraron el consulado general ruso en San Francisco, la oficina comercial en Washington y su división en Nueva York.
Las primeros de las instalaciones son propiedad del estado ruso y disfrutan de inmunidad diplomática, mientras que el segundo fue alquilado por Moscú. Rusia vio la incautación de los bienes diplomáticos como un acto abiertamente hostil y pidió a los Estados Unidos que devolvieran estas instalaciones de inmediato.
El 26 de marzo del 2018, Washington anunció el embargo del consulado general ruso en Seattle (alquilado) y la residencia del cónsul general (propiedad diplomática rusa).