Major League Baseball (MLB) ha dejado de publicar promociones del cofundador de Pink Floyd, Roger Waters, en sus plataformas, luego de ceder ante la presión de un grupo judío que lo acusó de antisemitismo.
En enero, la organización de defensa judía B’nai B’rith International comenzó una campaña para protestar contra los anuncios de la nueva gira de Waters, «Esto no es un simulacro», que apareció en las plataformas MLB. El grupo afirmó que el músico es un «antisemita declarado» cuyas opiniones sobre Israel «superan con creces los límites del discurso civil».
B’nai B’rith envió una carta a MLB, señalando el apoyo de Waters para el movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), entre otras cosas.
En respuesta, la Liga contactó a la organización para asegurarles que «no hay planes para programar más anuncios».
Roger Waters no respondió de inmediato a las solicitudes de comentarios de los medios. La famosa estrella del rock no ha criticado a Israel ni a su trato hacia los palestinos. En una carta abierta, argumentó que «protestar pacíficamente contra las políticas racistas internas y externas de Israel NO ES ANTISEMÍTICO».
Waters ha negado tener prejuicios contra los judíos (su nuera es judía), y señaló en una entrevista con Democracy Now que los grupos pro-Israel usan la acusación de antisemitismo contra «cualquiera que apoye a BDS o cualquiera que critique a Israel la política exterior.»
Con respecto a su propio apoyo al BDS, Waters ha declarado previamente que el movimiento de boicot «existe a pedido de la sociedad civil palestina en su conjunto» y se encuentra entre las muestras de resistencia «más admirables» del mundo.
La estrella del rock ha sido blanco de grupos judíos antes por sus opiniones políticas. En 2018, los líderes judíos estadounidenses pidieron a las compañías que patrocinaban sus conciertos en México que retiraran su apoyo.
El movimiento BDS aboga por el uso de la presión económica y política no violenta para presionar a Israel a poner fin a su «ocupación y colonización de todas las tierras árabes». El movimiento quiere que los árabes palestinos sean reconocidos como ciudadanos iguales, y pide el derecho al retorno para todos Refugiados palestinos. Los críticos llaman al movimiento antisemita y lo acusan de tratar de deslegitimar a Israel