La semana pasada, el Reino Unido le otorgó a Huawei el derecho de construir parte de la infraestructura de internet móvil 5G del país, uniéndose a otros aliados importantes de Estados Unidos para rechazar la presión de Washington de no hacer negocios con el gigante tecnológico.
El Procurador General de los Estados Unidos, William Barr, ha pedido a los Estados Unidos y sus aliados que consideren dejar atrás su «gran mercado y músculo financiero», ya sea Nokia o Ericsson, para hacerlos competidores «mucho más formidables» de Huawei, incluso en la construcción de infraestructura 5G.
Haciéndose eco de las declaraciones hechas por el secretario de Estado Mike Pompeo en Londres la semana pasada, Barr caracterizó a China como una «dictadura bajo la cual la élite del Partido Comunista guarda celosamente su monopolio del poder», y enfatizó que los Estados Unidos y sus aliados «ciertamente deben considerar activamente «apoyando a las empresas no chinas en 5G.
Barr hizo los comentarios en una conferencia de grupo de expertos sobre China y su presunta «malversación económica», con el director del FBI Christopher Wray y el director del Centro Nacional de Contrainteligencia y Seguridad William Evanina también hablando sobre el evento. Antes de la conferencia, Evanina afirmó que China estaba robando entre $ 300 y $ 600 mil millones en secretos comerciales de Estados Unidos anualmente. La embajada de China en Washington desestimó las afirmaciones como «completamente infundadas».
En el evento, Barr describió a China como el «principal adversario geopolítico de Estados Unidos» y advirtió que había «robado una marcha y ahora está liderando en 5G», capturando el 40 por ciento del mercado y «persiguiendo agresivamente el equilibrio».
Las declaraciones del fiscal general se producen justo un día después de la publicación de un informe de Reuters que cita fuentes de que altos funcionarios estadounidenses, incluidos el secretario de Comercio Wilbur Ross, Pompeo y el secretario de Defensa Mark Esper, planean celebrar una reunión con sus homólogos chinos a finales de este mes para discutir nuevas restricciones inminentes contra Huawei.
La semana pasada, después de ser informado por las agencias de seguridad del Reino Unido, el primer ministro Boris Johnson le otorgó formalmente a Huawei un papel en el despliegue de sus redes nacionales 5G. Un secretario de Estado visiblemente preocupado, Pompeo, se reunió con el secretario de Asuntos Exteriores del Reino Unido, Dominc Raab, poco después, donde criticó a Beijing y al Partido Comunista Chino como «la amenaza central de nuestros tiempos» y advirtió que la decisión del Reino Unido «crea riesgos» para la seguridad occidental. .
La negativa del Reino Unido a alinearse con la presión estadounidense sobre el gigante tecnológico chino fue un gran golpe para Washington, ya que Francia, Alemania, la República Checa y otras naciones ya indicaron que continuarían trabajando con Huawei en su infraestructura 5G.