La muerte de soldados turcos en Idlib no solo puede socavar la cooperación entre Moscú y Ankara en Siria, sino también aumentar las tensiones entre los dos países. Rusia y Turquía tienen diferentes puntos de vista sobre las razones detrás del incidente reciente, así como sobre el desarrollo en la zona de desescalada de Idlib, donde el ejército sirio avanza con el apoyo de los militares rusos. Cuatro miembros de las fuerzas especiales rusas murieron en una acción militar a principios de febrero, escribe Kommersant.
Según el experto en seguridad turco Metin Gurcan, Ankara ha perdido la esperanza de llegar a un acuerdo con Rusia, que no está dispuesta a detener el avance del ejército sirio en Idlib. El experto no descartó un acercamiento entre Ankara y Washington.
Sin embargo, el experto ruso del Consejo de Asuntos Internacionales, Kirill Semenov, cree que Moscú y Ankara finalmente acordarán una nueva partición de la región. «Turquía no tiene más remedio que reforzar la oposición siria y sus propias fortalezas en Siria porque entiende que [el presidente sirio Bashar] Assad puede continuar la ofensiva en cualquier momento y no descansará hasta que libere a Idlib, mientras que Rusia simplemente se encogerá de hombros», señaló Semenov.
«Estrictamente hablando, los acontecimientos en torno a Idlib son el resultado del fracaso de Turquía para garantizar la implementación de los acuerdos alcanzados con Rusia en Sochi en el otoño del 2018, que están consagrados en el Memorándum sobre la estabilización de la situación en la zona de desescalada de Idlib», dijo el experto militar Yuri Lyamin a Nezavisimaya Gazeta.
El experto del Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia, Anton Mardasov, señaló que Rusia todavía está buscando formas de equilibrar los esfuerzos para impulsar las relaciones con Ankara y fortalecer sus propias posiciones en los niveles más altos del gobierno sirio. Según él, «Moscú espera que la situación con Ankara se resuelva incluso si los escenarios más negativos tienen lugar en Idlib». Mardasov agregó que Rusia y Turquía tenían otros asuntos de cooperación, incluido el separatismo kurdo y el conflicto armado en Libia.