El Secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, realizó una visita a Bielorrusia. La última vez que un alto diplomático estadounidense visitó Minsk fue en 1993, precisamente hace 26 años. En el 2006, Estados Unidos impuso sanciones a varias empresas bielorrusas y los dos países dejaron de intercambiar embajadores en el 2008. En el otoño del 2019, Minsk y Washington acordaron restablecer los lazos y, según Pompeo, un embajador de Estados Unidos pronto llegará al país. Capital bielorrusa. Sin embargo, Washington no está listo para eliminar las sanciones contra Bielorrusia, agregó el secretario de Estado, escribe Vedomosti.
La visita a Minsk fue parte de la mayor gira eurasiática de Pompeo. Además de Bielorrusia, ya visitó Ucrania y Kazajstán, y Uzbekistán es el próximo en la fila para una visita oficial. No hay nada controvertido sobre el viaje de Pompeo a Bielorrusia, ya que es una visita de estado acordada, dijo al periódico una fuente diplomática rusa de alto rango. Sin embargo, dada la reciente discordia entre Moscú y Minsk sobre el suministro de petróleo, las declaraciones de Pompeo sobre la disposición de los Estados Unidos para proporcionar energía a Bielorrusia a precios de mercado causan preocupación, admitió la fuente.
El objetivo del viaje es dejar en claro que los países postsoviéticos permanecen en el centro de la política exterior de EE.UU. y que cualquier problema en sus relaciones con Rusia se puede utilizar para reducir la influencia de Moscú en la región, dijo el investigador principal de la Universidad Estatal de Rusia para las Humanidades del Departamento de Países Post-Soviéticos, Alexander Gushchin. «Por un lado, este es un nuevo nivel de vínculos para Minsk y Washington, que de alguna manera puede legitimar [al presidente bielorruso Alexander] Lukashenko a los ojos de los líderes occidentales. Por otro lado, en lo que respecta a Estados Unidos, es una herramienta para ejercer presión propagandística sobre Rusia», agregó el experto. Si no hubiera problemas entre Moscú y Minsk, tal visita no habría ocurrido, señaló Gushchin. «Sin embargo, Minsk entiende que Estados Unidos ve a Bielorrusia solo como una herramienta en su estrategia geopolítica y los lazos que están demasiado cerca de Washington pueden debilitar la soberanía del país», señaló.