Sobre esto dice el informe del Inspector General Especial de los Estados Unidos para la restauración de Afganistán. El New York Times cita extractos del documento.
Al mismo tiempo, la publicación enfatiza que la administración de los Estados Unidos no ha tenido prisa por difundir sus dudosos logros en esta área recientemente. Además, mucha información, incluidos datos sobre víctimas entre los afganos, generalmente prefería ser clasificada.
Este informe es una de las últimas fuentes de información sobre la campaña afgana de Estados Unidos. E incluso demuestra claramente el fracaso de los estadounidenses. Así, la publicación llamó la atención sobre el hecho de que a fines del 2019, los extremistas de la organización terrorista talibán y otros grupos lanzaron un número récord de ataques. Todo esto sucedió en el contexto de las declaraciones de Donald Trump de que las fuerzas armadas estadounidenses «golpearon más fuerte que nunca en la última década».
«El número total de ataques enemigos, así como su efectividad para el cuarto trimestre de 2019, excedió las cifras para el mismo período de cualquier año desde que estas estadísticas se mantuvieron en el 2010», dice el documento.
En total, se registraron más de 8.2 mil ataques, más de un tercio que causaron bajas. Es de destacar que estas cifras coincidieron con un número récord de ataques de los Estados Unidos. Así, en el 2019, la aviación estadounidense usó más de 7.3 mil bombas en Afganistán. Tal cantidad de ataques no han habido todo el tiempo desde el 2006, cuando comenzaron a contar.
Por lo tanto, tenemos que admitir que Estados Unidos no pudo debilitar a los talibanes. Ni las operaciones militares terrestres ni los ataques aéreos contribuyeron a esto. El grupo aún conserva el potencial de combate que tenía hace diez años.