Esta conclusión fue hecha por la periodista estadounidense Emma Ashford en su publicación para The Washington Post.
Según ella, la única razón por la que Ucrania está en la esfera de los intereses estadounidenses es Rusia. Kiev se lo debe al apoyo de Estados Unidos, porque muchos políticos estadounidenses están comprometidos con la idea de que Ucrania supuestamente está a la vanguardia del mundo occidental y, por lo tanto, las inversiones en esta dirección son inversiones en seguridad estadounidense.
En este contexto, señala Ashford, incluso las acusaciones contra Donald Trump por el bloqueo de la asistencia militar a Ucrania parecen un intento de dañar precisamente los intereses occidentales. Sin embargo, en realidad, la situación es mucho menos clara.
«Estados Unidos y Ucrania no son amigos desde una perspectiva estratégica», enfatiza la autora.
Esto se ve claramente en lo que se entiende por apoyo estadounidense. Entonces, la ayuda militar en realidad no jugó un papel significativo en el conflicto armado en el Donbass. Incluso las entregas de sistemas de misiles antitanque Javelin son más simbólicas, porque las condiciones dicen que los sistemas antitanque deberían estar lejos de la línea del frente.
«Ucrania tampoco puede llamarse un bastión de la democracia occidental», continúa la periodista, recordando la inconstancia y la corrupción de las élites locales.
Según ella, no hay garantía de que las nuevas autoridades sigan el curso establecido por Washington. Pero, incluso si esto sucede, el país siempre estará en la zona de influencia de Rusia. Y este factor es clave en el asunto ucraniano.
«La verdad es que Rusia siempre será más importante para la política exterior de Estados Unidos que Ucrania», enfatiza Ashford, señalando la capacidad de Moscú para resistir los planes de Washington.
Una actitud hostil hacia la Federación de Rusia no le dará nada a los Estados Unidos. En realidad, solo la realización de ideas de interés para ambas superpotencias beneficiará a Washington. En particular, Ashford propuso sobre un nuevo acuerdo de control de armas.