Diputado de la Duma del Estado ruso calificó la campaña de organización extremista prohibida en Crimea como un gesto de desesperación

El diputado de la Duma rusa del estado, Ruslan Balbek cree que la marcha anunciada a Crimea de los cabecillas de la organización extremista prohibida en Rusia de «los Mejlis del pueblo tártaro de Crimea» es un gesto de desesperación y una manifestación de impotencia política.

Anteriormente, el ex diputado de la Verkhovna Rada (parlamento ucraniano), cabecilla de la organización «Mejlis del pueblo tártaro de Crimea», Refat Chubarov en un medio televisivo ucraniano dijo que sus partidarios tienen la intención de cruzar la frontera con Crimea en el puesto de control de Chongar el 2 de mayo. Según él, a pie hacía la península desde Ucrania a la vanguardia irán miembros de la organización, así como diputados y  socios occidentales. Al mismo tiempo, el ex diputado no excluyó un escenario contundente del desarrollo de eventos asociados con un avance a través de la frontera.

«La declaración de los cabecillas de los Mejlis sobre la próxima marcha política hacia la frontera de Crimea es un gesto de desesperación, una demostración de impotencia política manifiesta. De Refat Chubarov y sus partidarios están cansados ​todos, incluido el presidente de Ucrania, que los privó de fondos porque no ve los resultados del trabajo», dijo Balbek a RIA Novosti.

Él piensa que la población de Crimea no cree en Chubarov. En los últimos cinco años, según Balbek, se han anunciado tantas marchas y movimientos hacia la frontera de Crimea que «ya han perdido la cuenta y han dejado de creerle».

«La voz prometida, que se suponía que obligaría a los de Crimea a comenzar a moverse hacia Ucrania, se convirtió en un grito de lloro y ronco. Y así, lo último que queda es una «marcha de desesperación», agregó el diputado.

Está seguro de que estas son solo palabras grandes, y duda de la gran cantidad de partidarios de la acción política. En su opinión, Chubarov y sus seguidores son «las únicas personas que se consideran dignas de una acción política tan insignificante».

«Tal así, el 2 de mayo, en el mejor de los casos, Refat Chubarov de la frontera ucraniana gritará algo en un megáfono, pero sus palabras no llegan a esas distancias. Él habló y habla solo por sí mismo, todos los demás no lo escuchan y no quieren escucharlo», concluyó Balbek.

Fuente