Erdogan de Turquía dice que el general Haftar del LNA no es confiable y continúa bombardeando Trípoli en Libia


El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo que el comandante del Ejército Nacional de Libia (LNA), el mariscal de campo Khalifa Haftar, era una figura «poco confiable» desde que continuó bombardeando la capital de Trípoli, que actualmente está bajo el Gobierno del Acuerdo Nacional (GNA) control, esta semana.

«Haftar no es confiable, ya que ayer continuó bombardeando Trípoli, y veremos esto claramente en la conferencia de Berlín y lo que hará después de eso», dijo Erdogan a los periodistas.
Erdogan también reveló su intención de discutir los últimos acontecimientos Idlib de Siria en la conferencia liderada por la ONU sobre el asentamiento libio en la capital alemana el domingo, y que mantendría conversaciones con el presidente ruso Vladimir Putin sobre el asunto. Putin confirmó su asistencia a la conferencia más temprano en el día.

Durante sus conversaciones con el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, más temprano ese día, Haftar dijo que las fuerzas de LNA «son pacifistas» y que estaba listo para firmar un acuerdo con el primer ministro de GNA, Fayez Sarraj, si se cumplían ciertas condiciones.

A principios de enero, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, declaró que Ankara enviaría tropas a Libia, y agregó que Turquía utilizaría medios militares y diplomáticos para garantizar la «estabilidad» en el país. Turquía apoya al GNA reconocido por la ONU y ha enviado tropas para apuntalarlo en medio de un ataque de tropas leales a Haftar, que cuenta con el apoyo de Egipto y los Emiratos Árabes Unidos.

El 13 de enero, tanto Haftar como Sarraj participaron en conversaciones en Moscú destinadas a concluir un acuerdo de alto el fuego. Sin embargo, Haftar salió de la capital rusa sin firmar nada, explicando que necesitaba tiempo adicional para revisar sus detalles.
En noviembre, Turquía y el GNA firmaron un acuerdo sobre una nueva frontera marítima, que atraviesa zonas ricas en gas en el Mediterráneo que Grecia y Chipre reclaman como suya.

El acuerdo ha provocado una reacción violenta de la administración del este de Libia, así como de Atenas, Nicosia, París, Roma y El Cairo.

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