El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, dijo el martes que era demasiado temprano para ser pesimista sobre el estancado diálogo de desnuclearización entre Estados Unidos y Corea del Norte, y que la cooperación intercoreana podría ayudar a facilitar el levantamiento de las sanciones.
A pesar de la retórica hostil de Pyongyang, Corea del Norte no ha llevado a cabo una prueba de armas ni ha cerrado la puerta a más conversaciones, incluso después de que Washington ignoró su fecha límite de fin de año para hacer concesiones, dijo el presidente de Corea del Sur Moon en una conferencia de prensa anual de Año Nuevo.
«Corea del Norte dejó en claro que la puerta al diálogo no está cerrada, aunque existe la premisa de que pueden volver a las conversaciones solo cuando sus demandas sean aceptadas», dijo.
Corea del Norte dijo el sábado que había recibido saludos de cumpleaños para su líder Kim Jong Un, del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, pero que su relación personal no es suficiente para volver a las conversaciones.
Las negociaciones se han estancado desde que se derrumbó una reunión de un día en octubre, y Estados Unidos ignoró un plazo de fin de año que Kim estableció para suavizar su postura, calificándolo de «artificial».
El punto muerto dejó a Corea del Sur cada vez más marginada, y Moon dijo en su discurso de Año Nuevo que existe una «necesidad desesperada» de formas prácticas para poner en marcha proyectos transfronterizos bloqueados por las sanciones impuestas a los programas de armas de Pyongyang.