El miércoles, el presidente Donald Trump rebajó los temores de la Tercera Guerra Mundial a través de un discurso televisado a la nación luego de los ataques con misiles balísticos iraníes contra las fuerzas estadounidenses estacionadas en bases militares en Irak.
Las tensiones entre EE. UU. E Irán aumentaron después de que Teherán atacó al ejército estadounidense en la Base Aérea de Ayn al-Asad y una instalación en Erbil en Irak el 7 de enero en respuesta al asesinato del Comandante de la Fuerza Quds del IRGC Qasem Soleimani en un ataque con aviones no tripulados de EE. UU.
Un día después del ataque, el presidente de Estados Unidos no mencionó una respuesta militar inminente a los ataques con misiles de Irán, prometió una nueva ola de sanciones y ofreció una opción diplomática para calmar las tensiones regionales en su muy esperado discurso.
El secretario de Defensa de los Estados Unidos, Marc Esper, dijo que el ejército de los Estados Unidos sigue «preparado y preparado» para cualquier amenaza a la luz de cualquier crisis en las relaciones entre los dos países.
El comandante del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI), Abdollah Araghi, por su parte, dijo que el conflicto no ha terminado y prometió una «venganza aún más dura». Su declaración fue precedida por el nuevo jefe de las fuerzas de al-Quds, quien dijo que las fuerzas de élite iraníes seguirán el camino elegido por el difunto comandante Qasem Soleimani.