El general iraní Qasem Soleimani fue asesinado en un ataque con aviones no tripulados estadounidenses en el aeropuerto internacional de Bagdad el viernes por la mañana, y su asesinato aumentó dramáticamente las tensiones en el Medio Oriente.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, informa a la prensa después de una reunión urgente del Consejo del Atlántico Norte a nivel de embajadores en Bruselas tras el asesinato de Qasem Soleimani, el comandante de la fuerza de élite Quds de Irán, y Abu Mahdi Muhandis, un miembro de alto rango de Irak respaldado por Irán. Fuerzas chiítas de movilización popular, en Bagdad el viernes.
El asesinato provocó que el presidente iraní, Hassan Rouhani, advirtiera que Teherán se vengará de lo que considera un crimen atroz. Bagdad ha condenado el ataque como una violación de la soberanía iraquí, con el parlamento nacional votando para expulsar a las tropas extranjeras del país.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, a su vez, amenazó a Irak con «sanciones como nunca antes había visto», diciendo que las tropas estadounidenses no abandonarán el país a menos que se pague a Estados Unidos por su «base aérea extraordinariamente cara» ubicada allí.