China y Rusia condenan ataques de Estados Unidos en Irak


Los jefes de la diplomacia de Rusia, Serguei Lavrov, y de China, Wang Yi, condenaron los ataques de Estados Unidos contra Irak, y se pronunciaron por reducir las tensiones en el Levante, indicó hoy la Cancillería de este país.

Ambos ministros de Asuntos Exteriores sostuvieron una conversación telefónica que se centró en gran medida en los problemas de la actualidad internacional, en específico, en la situación en el Medio Oriente, indicó un comunicado de la dependencia rusa.

Se prestó especial atención a las consecuencias de los ataques aéreos estadounidenses en el aeropuerto de Bagdad, que provocaron el asesinato del jefe de comandos especiales Quds de la Guardia Republicana iraní, Qassem Suleimani, destaca el documento.

Los titulares de Asuntos Exteriores confirmaron el carácter inadmisible del uso de la fuerza en violación de la Carta de las Naciones Unidas y la necesidad de que todos los países respeten la soberanía y la integridad territorial de los estados, destaca el texto oficial.

Además, los ministros señalaron que la acción ilegal de Estados Unidos agravó seriamente la situación en la región levantina.

En estas circunstancias, Rusia y China están interesadas en reducir las tensiones y tomarán medidas conjuntas con el fin de crear condiciones para una solución pacífica de situaciones de conflicto, subraya la Cancillería.

Los jefes de la diplomacia de ambos estados confirmaron su intención de cooperar estrechamente en los temas de la agenda del Consejo de Seguridad de la ONU.

El asesinato de Soleimani y de Abu Mahdi Al Mohandes, vicejefe de las milicias iraquíes, fue una de las consecuencias de los ataques aéreos realizados por el Pentágono, en medio de protestas antigubernamentales en Iraq contra el sistema político impuesto por la ocupación norteamericana.

Soleimani dirigía y organizaba la guerrilla del movimiento de resistencia islámica Hizbullah, sobre todo, en Iraq, aunque esa agrupación también colabora en Siria en la lucha contra formaciones terroristas que Damasco considera son financiadas por Occidente.

La reacción de Teherán, que consideró el ataque como un acto de terrorismo de estado y calificó la agresión como una violación de la integridad territorial de un país soberano, fue considerada en Washington como pretexto para nuevas amenazas de uso de la fuerza.

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