Arabia Saudita llamó a la contención de Irán y Estados Unidos ante una respuesta de Teherán por el asesinato del general Qassem Soleimani que pudiera llegar hasta territorio del reino.
Washington bombardeó con drones el aeropuerto internacional de Bagdad, la capital iraquí, en una acción que causó la muerte de Soleimani, la del subcomandante de las Unidades de Movilización Popular (Al Hashad al-Shaabi), Abu Mahdi al-Mohandes, y otros siete combatientes.
En cualquier caso, en la percepción local, Arabia Saudita es vulnerable a una respuesta que prometió Irán en venganza por el asesinato del jefe de la Fuerza Quds en el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica.
‘A la luz de los rápidos desarrollos, el reino enfatiza en la importancia de ejercer moderación para protegerse de una escalada’, dijo un funcionario saudita que prefirió el anonimato.
La Cancillería llamó a la calma, al igual que el rey Salmán, quien, con ese motivo, conversó por teléfono con el presidente iraquí, Barham Saleh.
Mientras, el príncipe heredero Mohamed bin Salmán, dialogó por iguales razones con el primer ministro iraquí, Adel Abdel Mahdi, al cual exhortó a realizar esfuerzos para reducir tensiones.
De igual manera, ordenó al príncipe Khalid bin Salman, su hermano menor y viceministro de Defensa, que viaje a Washington y Londres para instar a la moderación.
Al asesinato de Soleimani lo estiman la escalada más dramática en las tensiones en espiral entre Washington y Teherán y provoca temores de una gran conflagración en Medio Oriente.