Del ‘Cambio’ promovido por Mauricio Macri a un Frente de Todos con Alberto y Cristina Fernández como conductores, marcado por la unidad que enrumbó a Argentina por otro camino con mucha esperanza, así cierra esta nación el 2019.
Atravesada por una crisis económica y recesión que acentuó aún más la grieta entre ricos y pobres, desde Buenos Aires hasta la Patagonia, el efecto de las políticas de ajuste implementadas por el gobierno del ahora expresidente Macri marcaron transversalmente el día a día de millones de argentinos que tuvieron que ingeniárselas para sobrevivir en este año a punto de concluir.
Todos preveían un 2019 difícil, tras meses consecutivos de caídas y una inflación alta que se arrastraba del 2018, con mayor tensión por unas elecciones generales que marcaron consecutivamente la agenda política y social mes por mes.
Fueron 12 meses duros, con pérdidas de trabajo, fábricas cerradas y otros obligados a bajar las persianas de sus pequeños negocios, aumentos constantes que laceraron el bolsillo de muchos que dijeron no a una política de corte neoliberal que recibió un duro castigo en las urnas, cerrando así la etapa Macri.
Y es que las políticas económicas del expresidente, quien terminó su gobierno reteniendo al núcleo duro de sus votantes en la capital, donde gobierna su partido Propuesta Republicana, recibieron duras críticas y su gestión fue calificada por algunos sectores entre las peores en tiempos de democracia.
Los constantes ajustes golpearon duro a un país rico por naturaleza, pero que termina este diciembre con casi 17 millones de pobres o sea 40,8 por ciento, un 8,9 en condiciones de indigencia, el 59, 5 por ciento de los niños en la pobreza y una inflación 17 veces mayor que el promedio de los países de la región.
Entre tarifazos y constantes marchas, la hecatombe de un dólar que aún sigue hoy dando dolores de cabeza, anestesiando al peso argentino, así vivieron los argentinos mes por mes, con sobresaltos, inventando para pagar los ‘tarifazos’ en las facturas, apretando el bolsillo con un salario que vieron desplomarse ante la moneda estadounidense.
Si en el primer trimestre de 2019 la sociedad advertía que no podía más, con sucesivas marchas, paros y manifestaciones, el resultado de las primarias, donde Alberto y Cristina Fernández dejaron a Macri con 17 puntos por detrás, pusieron aún más presión al gobierno de Cambiemos, pues ya se avizoraba el posible triunfo del Frente de Todos.
Aún se siente para muchos el caos financiero vivido ese 13 de agosto, un día después de las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), cuando el dólar estalló y pasó de casi 47 a 65 pesos, casi 18 pesos más, devaluando todo a su paso y con inmediata alza, sobre todo en los alimentos.
Dos meses después y pese a varias medidas, desde congelar el precio de los combustibles hasta quitar el impuesto a varios productos de la canasta básica, y con una gran campaña por todo el país con su marcha del Sí se puede, Macri no pudo dar la vuelta y su coalición solo retuvo la capital, donde gobiernan hace más de una década.
Las elecciones generales reconstruyeron otro mapa político con el regreso del peronismo, representado por Alberto y Cristina Fernández.
Diciembre, nuevo comienzo
Al cierre de diciembre, los argentinos ponen ahora las esperanzas en el nuevo gobierno que, tras asumir, en apenas cortos días, ya ha lanzado una batería de medidas para aliviar un poco la situación, dando prioridad a los que más sufren el ajuste.
‘Empezar por los últimos para llegar a todos’, es una de las premisas de Alberto Fernández, que en 2020 deberá sortear la restructuración del pago de una deuda con el Fondo Monetario Internacional de 57 mil millones de dólares, heredada del anterior gobierno, y tratar de estabilizar la economía, con énfasis en la producción, en la industria y generar empleo.
‘Decían que no volveríamos, una noche volvimos y vamos a hacer mejores’, resaltó en su primer discurso a la nación Fernández ese histórico 27 de octubre, tras conocerse los resultados de las elecciones.
Con el sueño y el compromiso de volver a construir una Argentina igualitaria y solidaria, el otrora jefe de gabinete de Néstor Kirchner, llegó a la Casa Rosada con un equipo de 21 ministros, algunos de ellos rostros jóvenes, otros veteranos, y desde que asumió su cargo no ha parado un segundo.
Creó dos nuevos ministerios, uno de ellos dedicado a la mujer, a otros le dio el rango ministerial tras ser degradado por el anterior Ejecutivo, entre ellos los de Salud y Cultura, anunció la rebaja en los medicamentos en un ocho por ciento y congeló los precios en ese sector hasta el 31 de enero de 2020.
Oficializó un protocolo para la atención integral de las personas con derecho a la interrupción legal del embarazo, que regula la realización de abortos en casos contemplados por la ley, concretó un nuevo acuerdo fiscal con las provincias y anunció el Consejo multisectorial sobre las Islas Malvinas, territorio en disputa con el Reino Unido.
Por decreto también oficializó la intervención de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) por un plazo de 180 días para conocer sobre el uso del dinero público en las operaciones de espionaje y anunció un aumento extra para los jubilados y un bono selectivo para los trabajadores con salarios más bajos.
Declaró la emergencia pública en materia ocupacional por 180 días, restableció las indemnizaciones dobles por los despidos sin justa causa y coronó su mayor logro hasta hoy en el Congreso, la ya aprobada ley de Solidaridad social y Reactivación Productiva.
La normativa está enfocada en paliar, a través de varios ejes, la compleja situación en el país con prioridad en aquellos que más la sufren.
La norma suspende por 180 días la fórmula de movilidad jubilatoria que rige desde 2016 para que durante esos seis meses el Poder Ejecutivo fije trimestralmente, de manera discrecional, el incremento de los haberes previsionales.
Otro de los apartados más importantes es el nuevo impuesto denominado PAIS (Impuesto Para una Argentina Inclusiva y Solidaria), que regirá por cinco años.
Se trata de un gravamen del 30 por ciento para la compra de dólares para atesoramiento, compras en el exterior, compra de servicios que operen en el exterior y compra de pasajes al exterior, el 70 por ciento será destinado a la seguridad social y el 30 a obras de infraestructura.
‘Hay que poner freno a esta catástrofe social. Sin pan no hay presente ni futuro, no hay democracia ni libertad’, ha resaltado el mandatario, quien de forma paralela sumó referentes de todos los sectores en el Plan Integral de Argentina contra el hambre.
Con esta iniciativa, ya ha dado pasos concretos y sostuvo la primera reunión del Consejo Federal contra el Hambre hace apenas una semana, en la que convidó ante referentes empresariales, sindicales y organizaciones sociales, a unirse para acabar con este flagelo en el país.
Por ese camino espera continuar el 2020 el nuevo gobierno argentino, con muchos retos por delante que deberá sortear, en medio de la convulsa situación por la que atraviesa la región, de la que tampoco escapa, pero convencido de que Argentina se pondrá de pie.