Rusia pidió anteriormente a Washington que evite desplegar los misiles cerca de las fronteras de Rusia luego de la retirada de Estados Unidos del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF) en agosto de 2019. El Kremlin, a su vez, prometió no desplegar sus propios misiles si Washington acepta la oferta .
El presidente ruso, Vladimir Putin, enfatizó la necesidad de monitorear las acciones de los Estados Unidos en términos de despliegue de misiles de corto y mediano alcance previamente prohibidos por el Tratado INF en Europa y las regiones de Asia y el Pacífico durante su discurso en una reunión del Ministerio de Defensa ruso.
«Este año, Estados Unidos esencialmente destruyó el Tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio y es por eso que necesitamos monitorear posibles despliegues de tales misiles en todo el mundo», dijo el presidente.
El presidente ruso expresó su preocupación por la «degradación» del sistema global de control de armas, y agregó que la decisión de Estados Unidos de retirarse del Tratado INF en 2019 no fue el único asunto que contribuyó a esto. Agregó que este proceso se está desarrollando en medio del continuo crecimiento del sistema global de defensa antimisiles de Estados Unidos.
Putin dijo además que Rusia necesita garantizar una disuasión efectiva contra la agresión dirigida contra sí misma o sus aliados. El presidente también declaró que el país continuará aumentando sus fuerzas nucleares hasta que comiencen nuevas conversaciones sobre el control de armas. Agregó que Moscú está lista para tales conversaciones y reiteró los llamados del Kremlin para que Estados Unidos negocie la prolongación del Nuevo Tratado START.
Retiro de los Estados Unidos del Tratado INF
Washington planteó por primera vez la cuestión de terminar sus obligaciones en virtud del Tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF) en 2018, cuando acusó a Rusia de construir un misil que lo violaba. Si bien Washington no presentó ninguna evidencia para respaldar las afirmaciones, Moscú presentó el misil en cuestión en una sesión informativa para la prensa y otros gobiernos, que fue ignorada por Estados Unidos.
Utilizando las acusaciones infundadas como pretexto, la Casa Blanca anunció el retiro de EE. UU. Del INF el 2 de febrero y completó formalmente el proceso el 2 de agosto. Menos de un mes después, el ejército estadounidense probó un nuevo misil que opera a rangos previamente prohibidos por el ahora desaparecido acuerdo de misiles.
Esto último llevó a Moscú a creer que la retirada era una acción planificada y que las acusaciones de incumplimiento contra Rusia simplemente se inventaron como una excusa para hacerlo. A pesar de esto, el Kremlin ha propuesto que Washington evite desplegar misiles que no cumplan con el INF cerca de las fronteras de Rusia, prometiendo no desplegar tales misiles a cambio.