Juicio de extradición de Assange pondrá a prueba la dependencia y presión de Estados Unidos sobre la justicia del Reino


El excónsul de Ecuador en el Reino Unido Fidel Narváez opinó hoy aquí que el juicio de extradición del fundador de Wikileak, Julian Assange, a Estados Unidos pondrá a prueba la independencia del sistema judicial británico.

Habrá que ver si la justicia británica es capaz de resistir las presiones de Estados Unidos para extraditar a Assange, aseguró el exdiplomático, en alusión al proceso que se iniciará el 24 de febrero próximo en la Corte de Magistrados de Westminster.

De acuerdo con Narváez, quien trabajó en la legación diplomática ecuatoriana en Londres entre 2010 y 2018, existe un riesgo ‘altísimo’ de que el periodista australiano sea entregado a los fiscales norteamericanos, a pesar de que un tratado firmado por ambos países prohíbe la extradición por delitos políticos.

Entre los gobiernos del Reino Unido y Estados Unidos existe una relación que ellos mismos califican de especial, pero que a la larga es una relación de sumisión de Londres a Washington, aseveró el excónsul a Prensa Latina.

Al respecto, recordó que en asuntos de seguridad nacional, esa dependencia ha sido constante, al punto, dijo, que ambos han ido juntos a guerras ilegales.

Narváez, quien convivió con Assange durante seis de los siete años que el ciberactivista estuvo asilado en la embajada de Ecuador en Londres, apuntó que su extradición a Estados Unidos sería la mayor amenaza a la libertad de expresión en toda una generación.

Sentaría un antecedente terrible, pues sería la primera vez que aplican la ley de espionaje de forma extraterritorial, y contra la salvaguardia de los países europeos sobre la persecución política, aseveró.

Respecto a la investigación que realiza un juez español sobre el supuesto espionaje al que fue sometido Assange en la embajada ecuatoriana, el exfuncionario consideró importante que se demuestre que el fundador de Wikileaks estaba siendo espiado por la empresa española UC Global, encargada de la seguridad del edificio.

Ciertamente la privacidad de Assange y del resto del personal diplomático siempre se vio invadida por UC Global, de la cual siempre sospechamos, aunque en aquel entonces no sabíamos, como se denunció ahora, que vendió esa información a la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, expresó.

Según Narváez, los agentes de UC Global tenían un interés especial por las reuniones que el fundador de Wikileaks mantenía con sus abogados, y las conversaciones con las personas que lo visitaban. Todo esto demuestra que Assange jamás tendrá un juicio justo en Estados Unidos, porque sus perseguidores han recurrido a métodos ilegales, sobre todo por la invasión de su privacidad y la violación del derecho a la confidencialidad que existe entre los abogados y su cliente, acotó.

En opinión del excónsul, es necesario delimitar dos periodos en la estancia de Assange en la embajada entre 2012 y 2019: los seis primeros años bajo el gobierno del presidente Rafael Correa, cuando se le protegió, y el último, cuando, tras la llegada al poder de Lenin Moreno, se le retiró la protección, y se le entregó a la Policía británica.

El ciberactivista de 48 años de edad está encerrado en la cárcel londinense de Belmarsh desde su arresto en la legación diplomática en abril pasado, y fue condenado a 50 semanas de cárcel por violar una fianza relacionada con un caso de presuntos delitos sexuales cometidos en Suecia que luego fue desestimado.

Aunque Assange es elegible desde septiembre pasado para salir en libertad condicional, la jueza Vanessa Baraister determinó que debe esperar en prisión por la celebración del juicio de extradición, previsto para comenzar el 24 de febrero próximo.

De ser entregado a Estados Unidos, el periodista australiano podría ser condenado a 170 años de cárcel, por la publicación en el portal Wikileaks de cientos de miles de documentos y archivos secretos de la diplomacia y el Ejército estadounidenses.

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