La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó el miércoles una resolución contra la glorificación del nazismo, el neonazismo y otras prácticas que fomentan las formas modernas de racismo y xenofobia.
Un total de 133 países, cuatro más que el año pasado, respaldaron el documento. Estados Unidos y Ucrania tradicionalmente votaron en contra. 52 naciones, incluidas Austria, Francia, Turquía, República Checa y Eslovaquia se abstuvieron.
En el documento, la Asamblea General «insta a los Estados a eliminar todas las formas de discriminación racial por todos los medios apropiados, incluida la legislación según lo exijan las circunstancias».
La resolución, en coautoría de más de 60 países, «expresa una profunda preocupación por la glorificación, en cualquier forma, del movimiento nazi, el neonazismo y los ex miembros de la organización de las Waffen SS, incluso declarando o intentando declarar a tales miembros y aquellos que lucharon contra la coalición anti Hitler, que colaboraron con el movimiento nazi y cometieron crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad-participantes en los movimientos de liberación nacional”.
Los autores del documento también «expresan su profunda preocupación por el aumento de la frecuencia de los intentos y actividades destinadas a profanar o demoler monumentos erigidos en memoria de aquellos que lucharon contra el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial; así como a exhumar o eliminar ilegalmente los restos de tales personas».
La resolución también subraya la preocupación de la Asamblea General sobre el uso por parte de grupos neonazis, así como de otros grupos e individuos que defienden ideologías de odio, de tecnologías de la información, Internet y redes sociales para reclutar nuevos miembros, especialmente dirigidos a niños y jóvenes, y difundir y amplificar sus mensajes llenos de odio.
Al mismo tiempo, el documento reconoce que «Internet también se puede utilizar para contrarrestar a estos grupos y sus actividades».
La Asamblea General recomienda a los estados «que tomen medidas concretas apropiadas, incluidas las legislativas y educativas, de conformidad con las obligaciones internacionales de derechos humanos, para prevenir el revisionismo con respecto a la Segunda Guerra Mundial y la negación de los crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra cometidos durante la Segunda Guerra Mundial».